Por: María Salcedo -
Es impresionante cómo el empresario Gustavo Petricca emigró de Venezuela a
Estados Unidos junto a otros miembros de su familia, debido supuestamente a
la situación de conflictividad política y temiendo por su seguridad
personal, para luego regresar nuevamente a Venezuela.
Ni siquiera el hecho de haber engendrado familia en Estados Unidos lo hizo
decidir permanecer en el país norteamericano. Petricca regresó al estado
Anzoátegui, para acaparar nuevamente los contratos de asfaltado de la
vialidad otorgados por la Gobernación de esa entidad.
Si los negocios de la familia Petricca fueran tan buenos fuera de las
fronteras venezolanas, quizás el mentado empresario no hubiese decidido
regresar a Venezuela, donde siempre el amiguismo, los contactos y la compra
de conciencias han jugado a favor suyo y de su familia, cuando de negocios
se trata.
En Venezuela la familia cuenta, entre otras compañías, con la Universidad
Santa María, la empresa constructora PEDECA y con una cantera, además de
contactos en PDVSA, mediante los que logran conseguir el asfalto. Para la
familia, Venezuela, más que cualquier otro país, es una mina de oro.
El empresario se vio envuelto años atrás en un engorroso incidente, en el
que dio muerte a unos hombres y sobre el que se tejieron dos hipótesis, la
oficial, según la cual se trataba de unos supuestos secuestradores y la no
oficial, que afirmaba que eran unos presuntos proxenetas que intentaron
cobrar fallidamente una deuda por los servicios prestados por una de sus
chicas.
FUENTE: Voz de los Lectores
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíenos sus comentarios y aportes informativos al tema. Recuerde que su comentario, aunque no sea publicado, puede ser tomado en cuenta para nuestros temas de investigación. Los comentarios con términos insultantes, ofensivos, denigrantes y que incumplan nuestras políticas serán rechazados. Sólo puede enviar comentarios de menos de 1 mil (1.000) caracteres.