VARIOS. A continuación destacamos polémicos artículos difundidos por distintas publicaciones y medios de comunicación. Dejamos a consideración de nuestros lectores las respectivas opiniones…
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INTERNACIONALES
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CLASIFICACIÓN MUNDIAL 2018 - ASIA Y PACÍFICO: LAS DEMOCRACIAS, AMENAZADAS POR EL MODELO CHINO DE CONTROL DE LA INFORMACIÓN. En China, el Estado mantiene un gran control de los medios de comunicación. Este modelo tiende a ser imitado en Asia, sobre todo en países como Vietnam y Camboya. Para las democracias del norte de Asia no es fácil erigirse como contramodelos. Por otra parte, los actos de violencia contra periodistas son cada vez más preocupantes en Afganistán, India, Pakistán y Filipinas. En la región de Asia-Pacífico se encuentra el peor país del mundo en materia de libertad de información: Corea del Norte (180º). En el país, el uso de los smartphones se ha generalizado; por desgracia, también el drástico control de las comunicaciones y de la intranet nacional. Sólo la Agencia Central de Prensa Norcoreana (KCNA) tiene autorización para proporcionar información oficial y cualquier ciudadano puede ser enviado a un campo de concentración por el simple hecho de consultar un medio de comunicación extranjero. CHINA: MAYOR CENSURA Y VIGILANCIA. El esquema totalitario al que se acerca cada vez más el régimen de China, hace que el país se estanque en el puesto 176 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF). Bajo el primer mandato de Xi Jinping, la censura y la vigilancia han alcanzado niveles inéditos debido al uso masivo de las nuevas tecnologías. El trabajo de los corresponsales extranjeros se ha vuelto más difícil y ahora cualquier ciudadano puede ser encarcelado por haber compartido información en las redes sociales o a través de un servicio de mensajería privada. Más de 50 periodistas profesionales y ciudadanos permanecen en prisión, donde a menudo padecen malos tratos y condiciones que hacen temer por sus vidas: Liu Xiaobo, quien recibió el Premio Nobel de la Paz y el Premio a la Libertad de Prensa de RSF, y el bloguero Yang Tongyan, murieron el año pasado de cáncer, privados del tratamiento médico que necesitaban cuando estaban encarcelados. Más allá de sus fronteras, el gobierno chino busca instaurar un “nuevo orden mediático mundial”, exportando sus métodos represivos, su sistema de censura de la información y sus herramientas de vigilancia en Internet. Por desgracia, la desacomplejada intención de China de acabar hasta con la mínima resistencia ciudadana es imitada por otros países de Asia. BAJO LA INFLUENCIA CHINA. Este es el caso de Vietnam, que le pisa los talones a China en la parte inferior de la Clasificación (175º). En este país, donde los medios de comunicación tradicionales se encuentran completamente bloqueados, los periodistas ciudadanos demuestran un gran valor al promover la libertad de información. La respuesta de las autoridades es implacable. Antes, un bloguero podía ser condenado a penas de dos años de prisión por sus escritos; ahora, quienes se atrevan a abordar temas prohibidos, como la corrupción o los desastres medioambientales, pueden pasar una década entre rejas. Otro país que peligrosamente parece seguir la senda trazada por China es Camboya (142º), que sufre una de las peores caídas de los países de la región (-10). En 2017 el régimen de Hun Sen cerró más de una treintena de medios de comunicación independientes y detuvo de manera arbitraria a varios periodistas; asimismo, implementó un despiadado plan de represión de la prensa libre: asfixia de las voces independientes, incremento del control de los medios de comunicación de masas y meticulosa vigilancia de las redes sociales. También en ese caso, el esquema seguido recuerda al de China, país que, por cierto, ha invertido millones de euros en los medios de comunicación progubernamentales camboyanos. La influencia del modelo chino también se observa en Tailandia (140º), Malasia (145º) y Singapur (151º). DISCURSOS DE ODIO. Otro descenso importante en la zona es el de Birmania (137º, -6). Aunque el gobierno dirigido por Aung San Suu Kyi dijo reconocer el papel de la prensa en el funcionamiento de la democracia, este año perdió toda credibilidad. Las peores agresiones a la prensa se registraron cuando comenzó la crisis de los rohinyás, a finales de agosto 2017. Aunque la comunidad internacional ahora sabe que existen “elementos de genocidio” y “limpieza étnica” (en términos de la ONU), sigue siendo imposible documentar esta tragedia del lado birmano, pues el ejército no permite que nadie tenga acceso a la zona. Dos periodistas de Reuters que intentaron entrar en ella se encuentran ahora encarcelados. La cobertura de la crisis de los rohinyás en Birmania ha estado marcada por discursos de odio difundidos en las redes sociales, en particular en Facebook. Todo periodista que no siga el discurso antimusulmán puede ser acosado violentamente por los extremistas budistas, lo que hace que los periodistas se autocensuren. HOSTILIDAD DE LOS DIRIGENTES HACIA LA PRENSA LIBRE. Otro gigante del continente también afronta el problema de los discursos de odio: India, que pierde otros dos puntos en la Clasificación (138º). Desde que Narendra Modi llegó al poder, los fundamentalistas hindúes pueden dirigirse a los periodistas con una brutalidad extrema. Las investigaciones que molestan al partido en el poder o las críticas a la ideología Hindutva –una mezcla de nacionalismo hindú y retórica fascista–, pueden provocar una lluvia de insultos contra los periodistas, incluso incitaciones a asesinarlos. Esta violencia verbal se desencadena muchas veces por trolls (en Internet) al servicio del primer ministro, que busca una imagen de hombre fuerte que no tolera que su autoridad –por no decir autoritarismo– sea erosionada por el trabajo de reporteros y columnistas. Como sucedió en otras partes del mundo, en 2017 esa violencia verbal se transformó en violencia física. Gauri Lankesh fue asesinada frente a su casa en septiembre; la periodista había sido víctima de discursos de odio y de amenazas de muerte por haberse atrevido a cuestionar al gobierno nacionalista hindú, la condición de las mujeres y el sistema de castas. La violencia física a las que se enfrentan los reporteros explica la mala puntuación de India, donde al menos tres periodistas fueron asesinados a causa de su labor informativa. Son aún más numerosos los casos de reporteros que pierden la vida sin que se conozca a ciencia cierta cuál fue la razón, como sucede a menudo en zonas rurales, donde estos trabajan en medio de una gran precariedad. Asimismo, la delicada situación en el Valle de Cachemira, un agujero negro de la información –las autoridades impiden que la prensa cubra lo que sucede en esa región–, perjudica la calificación de India, que no obstante podría apoyarse en la tradicional vitalidad de su prensa para ascender en la Clasificación. En Filipinas (133º, -6), el dinamismo de los medios de comunicación se ha visto afectado por la actitud de un dirigente que también quiere mostrar su poder a los medios de comunicación. El presidente Rodrigo Duterte advirtió pronto a esos “periodistas hijos de puta” que no se encontraban a salvo. Su gobierno suele ejercer numerosas presiones sobre todos los medios de comunicación que critican, aunque sea un poco, su “guerra contra la droga”. En este caso también existe una estrecha relación entre la violencia verbal y la física. En 2017 fueron asesinados cuatro periodistas debido al trabajo que realizaban, lo que hace de Filipinas uno de los países más mortíferos para la prensa en Asia. VIOLENCIA FÍSICA. La gran inseguridad que afrontan los reporteros –amenazas de muerte, secuestros, tortura– es la causa de que para Pakistán sea tan difícil ascender en la Clasificación (139º). Los periodistas suelen verse atrapados entre dos tipos de amenazas: las de los fundamentalistas islámicos y las de los poderosos servicios de inteligencia paquistaníes. En el vecino Afganistán (118º), los peligros que corren son aún más preocupantes: 18 periodistas y colaboradores de los medios de comunicación fueron asesinados en 2017. No obstante, este país sube dos lugares en la Clasificación gracias al establecimiento de un mejor marco jurídico y a la creación de comités de coordinación para incrementar la seguridad de los periodistas y de los medios de comunicación, que en un año han tratado un centenar de expedientes, sancionando incluso a altos cargos, civiles o militares. El ascenso de Sri Lanka en la Clasificación (131º, +10) también se debe a los esfuerzos de las autoridades para luchar contra la inseguridad que sufren los periodistas y contra la impunidad en que permanecen los crímenes cometidos contra ellos. RESISTENCIA DE LAS DEMOCRACIAS. En Mongolia (71º), el ambiente en que trabajan los medios de comunicación ha mejorado, sin embargo, las presiones que sufrió la prensa durante las elecciones presidenciales provocaron un pequeño descenso del país en la Clasificación (-2). Por el contrario, Japón (67º, +5) ascendió gracias precisamente a que se redujeron las presiones del gobierno nacionalista de Shinzo Abe sobre los medios de comunicación, aunque estos aún siguen viéndose afectados por el peso de las tradiciones y de los intereses económicos. Hong Kong (70º) y Taiwán (42º) escalan tres posiciones, resistiendo a su manera a la creciente influencia de China. Por su parte, Corea del Sur (43º) registra la mayor subida de todos los países de la Clasificación (+20). Tras una década negra para la prensa, la elección del presidente Moon Jae-in ha sido una bocanada de aire fresco para los medios de comunicación, al igual que la resolución del conflicto que enfrentaba a los periodistas de los grupos audiovisuales públicos con sus dirigentes. Aún quedan por resolver problemas estructurales, como la despenalización de la difamación y la abrogación de la ley de seguridad nacional, que aún amenaza a los periodistas. En la parte superior de la Clasificación, Australia se estanca en el puesto 19, pues en el país persiste una gran concentración mediática; bastarían simples salvaguardas jurídicas para que ascendiera algunos lugares. Por su parte, Nueva Zelanda (8º, +5) sube: en mayo de 2017 las autoridades rechazaron una propuesta de fusión de las redacciones de los dos mayores grupos de medios de comunicación del país, ofreciendo nuevas garantías al pluralismo y a la independencia de los medios. El periodismo de investigación debería verse favorecido en el país: se contempla reforzar la ley que protege a los informantes. Es un ejemplo a seguir. – Con información de https://www.rsf-es.org
CLASIFICACIÓN MUNDIAL 2018 - EUROPA: PERIODISTAS ASESINADOS TAMBIÉN EN EL VIEJO CONTINENTE. La erosión del modelo europeo, tendencia perceptible en las últimas ediciones de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF), tiende a confirmarse en 2018. La región se estremeció por el asesinato de dos reporteros. También se ve afectada por las amenazas a periodistas de investigación y los ataques verbales sin precedentes contra la prensa. Un clima alarmante que afecta incluso a los países situados a la cabeza en la Clasificación. El ambiente general en el que trabajan los periodistas se deteriora en el Viejo Continente, que tradicionalmente era seguro. Dos asesinatos en menos de cinco meses, en Malta y en Eslovaquia, coronan una serie negra que confirma un preocupante declive de las democracias en Europa. Malta (65º, -18) lo muestra: el asesinato de la periodista Daphne Caruana Galizia desveló el acoso judicial y las presiones que padecen a menudo los periodistas en el archipiélago. Esta bloguera sufría amenazas desde hacía años; además, cuando falleció, se enfrentaba a 42 procesos civiles y penales por difamación. En Eslovaquia (que cae hasta el puesto 27, -10), causó conmoción el asesinato de Ján Kuciak, un periodista de investigación de 27 años de edad que trabajaba en un caso de corrupción ligado con la mafia. LA RETÓRICA CONTRA LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE CIERTOS LÍDERES POLÍTICOS. Los ataques y las presiones que sufre la prensa proceden cada vez con mayor frecuencia de los dirigentes políticos, que crean un clima de hostilidad hacia los periodistas. En Eslovaquia, las relaciones entre la prensa y el ex jefe del ejecutivo, Robert Fico, estuvieron llenas de incidentes. El primer ministro llegó a llamar a los periodistas "sucias prostitutas antieslovacas”, “idiotas” y “hienas”; asimismo, solía presentar denuncias en su contra. El presidente de la República Checa (34º, -11), Milos Zeman, no se queda atrás. Junto con el presidente ruso, Vladimir Putin, “bromeó” con "liquidar a periodistas”, a quienes ha llamado "bastardos" y "hienas". En una conferencia de prensa, Zeman esgrimió un fusil de asalto kalashnikov falso en el que estaba escrito: “para los periodistas". En Hungría (73º, -2), el primer ministro, Víktor Orbán, declaró enemigo público a George Soros; el mandatario acusa al millonario húngaro-estadounidense de apoyar a medios de comunicación independientes que buscan "desacreditar" a Hungría en el ámbito internacional. En Serbia, que experimenta un importante retroceso (76º, -10), el ambiente se ha vuelto más tenso desde que Aleksandar Vucic fue elegido presidente. El ex primer ministro utiliza los medios de comunicación progubernamentales para intimidar a los periodistas y a menudo emplea términos como “traición” y “espías a sueldo del extranjero” para referirse a ellos. En Albania (75º, +1), el otoño pasado el primer ministro, Edi Rama, llamó a los periodistas “ignorantes”, “charlatanes”, “veneno” y “enemigos públicos”. En Croacia, que experimenta un pequeño ascenso (69º, +5), la nueva coalición conservadora-liberal en el poder (Unión Democrática Croata (HDZ)-Partido Popular Croata (HNS)) considera la libertad de prensa un aspecto fundamental para un Estado miembro de la Unión Europea (UE). Sin embargo, en el país sigue siendo preocupante la creciente influencia de los discursos de odio y las dificultades para contenerlos; los violentos ataques verbales contra periodistas invaden el espacio público y los líderes políticos no los condenan con suficiente firmeza. UNA TENDENCIA QUE SE EXPANDE POR TODA EUROPA. Esta atmósfera nauseabunda no es exclusiva de los países de Europa Central. Otros líderes políticos han recurrido a una retórica no sólo desfavorable, sino peligrosa para los periodistas. En Austria, el líder del Partido de la Libertad de Austria (FPO), Heinz-Christian Strache, acusó a la radiotelevisión pública (ORF) de difundir mentiras. En España (31º, -2), el referéndum de independencia de Cataluña del 1 de octubre exacerbó las tensiones y creó un ambiente asfixiante para los periodistas; el desinhibido discurso de las autoridades catalanas hizo que aumentara el acoso en las redes sociales contra los periodistas no independentistas. Francia (33º, +6) no es una excepción. En la campaña electoral de 2017 el media bashing –el descrédito sistemático de los periodistas– de ciertos políticos llegó a su paroxismo. Algunos de ellos, cuando se ven en dificultades, siguen usando la retórica para atacar a los periodistas. El líder del partido Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, considerándose víctima de una campaña para destruirlo orquestada por medios de comunicación a sueldo del partido de Emmanuel Macron, señaló en su blog que “el odio a los medios de comunicación y a aquellos que los animan es justo y sano”, y ofreció su apoyo al líder de la derecha Laurent Wauquiez, quien a su vez habló de “mierda mediática” para calificar el trabajo de ciertos periodistas. A pesar de este clima envenenado, Francia sube seis lugares respecto a la edición 2017 de la Clasificación, un ascenso “mecánico” tras la caída excepcional de algunos de sus vecinos europeos. PERIODISTAS DE INVESTIGACIÓN QUE MOLESTAN. Además de los insultos y las amenazas de los dirigentes europeos, los periodistas también deben hacer frente a las agresiones de las organizaciones criminales que operan en Europa. Su pesadilla son los periodistas de investigación que siguen las huellas de los empresarios sin escrúpulos y emprenden investigaciones trasnacionales para dar a conocer esas organizaciones mafiosas tentaculares. En Bulgaria (111º, -2) los periodistas sufren con frecuencia las agresiones físicas y las amenazas de muerte de los grupos mafiosos. El país, que preside el Consejo de la Unión Europea durante seis meses, cayó del puesto 36, en 2006, al 111, en 2018. Es la peor posición de un país de la UE. En Italia (46º, +6), una decena de periodistas de investigación amenazados se encuentra bajo protección de la policía de forma permanente, pues investigar una red mafiosa o una banda criminal los expone a peligros mortales. En Montenegro (103º, +3), Jovo Martinovic, un experimentado periodista de investigación, pasó 14 meses entre rejas porque contactó con un narcotraficante cuando realizaba una investigación. En Polonia, que sigue cayendo en la Clasificación (58º, -4), el periodista Tomasz Piatek corría el riesgo de ser encarcelado por haber revelado las oscuras relaciones del Ministro de Defensa polaco con los servicios de inteligencia rusos. REFORMAS LEGISLATIVAS DE TODO TIPO. Otra tendencia que se observa es que los medios de comunicación audiovisuales de servicio público se enfrentan a las presiones de las reformas. Es el caso de Suiza (5º, +2), donde la iniciativa “No Billag” fue rechazada en un referéndum por la mayoría de los votantes suizos, pues suprimir esa financiación –el canon radiotelevisivo que recaba la sociedad Billag– al servicio público audiovisual habría significado su desmantelamiento. En otros lugares, la injerencia del gobierno es la principal amenaza. Es el caso de Croacia, donde la radiotelevisión croata (HRT) sigue sufriendo la intromisión del gobierno; de Montenegro, donde el partido en el poder ha tomado el control de la Radiotelevisión del Estado (RTCG); de Eslovaquia, y de España, donde los periodistas de Televisión Española (TVE) protestaron contra su dirección y criticaron la cobertura del referéndum por su "visión parcial y sesgada de los hechos".En Francia, un proyecto de ley para luchar contra las noticias falsas en periodo electoral suscita vivos debates. Algunos ven en él una amenaza para la libertad de información; otros, la intención de defender un “periodismo de calidad”. En Alemania (15º, +1), el gobierno aprobó una ley contra los discursos de odio que exige a las redes sociales eliminar estos contenidos en un plazo máximo de 24 horas (después de que hayan sido señalados), o de lo contrario, serán sancionadas con multas. Además de promover un bloqueo excesivo de información, esta ley ha servido de referencia para que se elaboren proyectos de ley represivos en otros países –como Rusia y Filipinas–. Otras leyes recientes suscitan preocupación por sus disposiciones relativas a los informantes y porque sancionan el uso de información procedente de filtraciones. El Reino Unido permanece en un lugar decepcionante en la edición 2018 de la Clasificación (40º, +1). El gobierno de Theresa May sigue controlando los medios de comunicación con mano de hierro, a menudo en nombre de la seguridad nacional, con leyes como la Investigatory Powers Act –la legislación más severa en la historia del país en materia de vigilancia–; o amenazando con restringir las herramientas de encriptación y mencionando otras iniciativas preocupantes. LA CABEZA DE LA CLASIFICACIÓN TAMBIÉN SE ESTREMECE. Los países nórdicos, tradicionalmente los más respetuosos con la libertad de prensa, no escapan al deterioro del clima que rodea a la prensa de Europa. En Finlandia (4º, -1), las autoridades realizaron un rocambolesco registro en la casa de una conocida periodista, lo que hace temer que se viole el secreto de las fuentes periodísticas. Ya en 2016 el país vivió una crisis que empañó la imagen del prestigioso sector audiovisual finlandés –el Sipilagate: se sospecha que el primer ministro, Juha Petri Sipilä, presionó a periodistas de la radio pública, Yle. Noruega (1º) conserva su lugar de mejor alumno por segundo año consecutivo; Suecia (2º) le sigue muy de cerca, al igual que en la edición precedente de la Clasificación. Dinamarca (9º, -5) se vio marcada por el asesinato de una periodista sueca de 30 años de edad, Kim Wall, a bordo de un submarino; el inventor del artefacto está siendo juzgado actualmente por ese homicidio. – Con información de https://www.rsf-es.org
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