Desde comienzos de la llamada Revolución Bolivariana, Naime atesoró historias y anécdotas sobre cómo era manejado el sistema electoral en Venezuela, que fueron vertidas en el libro de su autoría: «INDRA mata votos: las maquinas mienten», publicado en 1999.
Extrañamente han desaparecido de Internet muchas historias sobre la empresa española INDRA, otrora encargada de suministrar las máquinas de votación utilizadas en los diferentes procesos electorales llevados a cabo en Venezuela, varios de los cuales le dieron la victoria al chavismo.
La llegada de la empresa INDRA a Venezuela se dio de la mano del otrora caudillo y secretario general del partido Acción Democrática, Luis Alfaro Ucero. Alfaro fue candidato presidencial en las primeras elecciones ganadas por Hugo Chávez en el año 1998, aunque el partido político al que perteneció durante años, decidió retirarle el apoyo poco antes de los comicios, para respaldar al aspirante Henrique Salas Römer. Pero Alfaro mantuvo su candidatura presidencial hasta su participación en las elecciones de aquel año, teniendo la certeza de que podría alzarse como vencedor, consiguiendo, a través de INDRA, el acceso al proceso de escrutinio electrónico, que le permitiría manipular los resultados finales.
Cuando se hizo cada vez mayor el respaldo popular a la candidatura presidencial de Hugo Chávez y algunos pensaban que podían desencadenarse trágicas revueltas, si Chávez finalmente resultaba electo y les eran robados los votos, Alfaro, de forma muy astuta, decidió negociar con Chávez, con el propósito de concederle acceso a INDRA y al conteo electrónico, pidiéndole a cambio que le fueran respetadas sus tierras y fincas y que no le fueran expropiadas o invadidas, ante los rumores que señalaban que eso podía suceder si Chávez conseguía ganar la presidencia y frente a las propias amenazas del candidato favorito. El pacto le permitiría así a Alfaro conservar sus propiedades en el estado Monagas a donde se retiraría, tras dejar la política. ->>Vea más...
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