Tampoco en el Club de Tiro de Madrid, donde ya habían pagado un aproximado de 400 mil euros por la fiesta para celebrar la unión, hubo movimiento alguno esa noche: la historia de amor de Patricia Alvarado Celis y Miguel Tamayo no pudo tener el “final feliz” con el que sueñan algunas chicas porque en lugar del matrimonio a todo dar que quizás se planificó con años de antelación, la novia no pudo caminar feliz y mucho menos tranquila hacia el altar del brazo de su padre, Javier Alvarado, porque ese hombre tiene demasiado dinero mal habido y una lista de enemigos tan diversa, que el día que se celebre el aniversario de la boda de Patricia Alvarado -la joven se dedica al carísimo deporte de la equitación y compite con caballos pura sangre por toda Europa-, los recuerdos serán más bien agridulces, por decir lo menos.
Aunque sostienen las malas lenguas que la invitación que circuló por las redes era falsa. Un anzuelo caza bobos para que los miles de venezolanos exiliados en Madrid se dirigieran a la Iglesia a realizar las protestas que habían organizado contra Alvarado, mientras la verdadera boda se realizaba en otra iglesia y se festejaba en otra dirección. Fiesta donde, de buena fuente, se sabe que buena parte de la familia del novio no pensaba acudir y han optado por mantener un silencio cerrado sobre el asunto.
Otra hipótesis sostiene que la boda ha sido pospuesta porque si bien iba a realizarse tal como lo señalaba la tarjeta de invitación, los rumores sobre el escándalo que se podría armar a las puertas de la iglesia, obligaron a suspender la ceremonia. ->>Vea más...
Fuente: Con información de Elizabeth Fuentes - El Cooperante
Relajarse? Cada vez menos, que bien se siente!
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