viernes, 21 de julio de 2017

Quería trabajo en El Venezolano TV y se consiguió con los Salas

Por: Edward Jimenez - Miami es una ciudad maravillosa para ir de farra y comer, una ciudad donde se pueden probar las mejores carnes. Ni en Europa se consigue tan exquisito sabor, incomparable con el sabor de la carne argentina, brasileña o uruguaya, aunque usted no haya tenido oportunidad de viajar por esos países.
Cuenta uno de tantos viajeros que aprovechó su visa aun vigente para coordinar un encuentro con un antiguo ex compañero de trabajo e invitarlo a cenar a un concurrido Steak House. Ambos coincidieron en pedir T- Bonet Steak, asado a la brasa y con media docena de acompañamientos.
Pidieron una buena botella de vino tinto argentino y comenzaron una amena conversación. En esa ocasión el viajero pagó la cuenta, ya que en Colombia le va muy bien trabajando para un canal de noticias. El amigo que lo acompaña vive en Miami desde hace algunos años y labora en El Venezolano TV. Le contó una larga historia que desconocía sobre la fundación y evolución de la empresa editora y televisora, que ahora arroja sus frutos, con señales en Miami, Ciudad de Panamá y Madrid. Le explicó entre otras cosas cómo a través de diversos ardides un banquero prófugo trató de entrar a la fuerza como socio, con prestanombres.

Básicamente los directivos son Oswaldo Muñoz y su socio Carlos Méndez. Durante unos 25 años Muñoz hizo grandes esfuerzos por convertir a El Venezolano en una exitosa empresa editora y multimedia, haciendo un esfuerzo financiero mayor para lanzar y posicionar a El Venezolano TV.

Actualmente, asegura el amigo del peregrino relator, que la parte televisiva se encuentra bajo la batuta y dirección de Carlos Méndez, quien según cuenta, ha sufrido una metamorfosis, cual personaje de la novela “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”. Y es que a nadie gusta el personalismo, la jactancia o la arrogancia, que hace a algunas personas dejar de ser lo que alguna vez fueron para cambiar con los años. Cree que pese a su edad, la bohemia vida de juergas, farras y francachelas, tampoco le ha sentado bien a Oswaldo Muñoz, quien en su descuido ha permitido el nacimiento de una inusitada transmutación.

Puertas adentro están los desacuerdos por una serie de contrataciones y adiciones en Madrid de personas no acordes con el espíritu profesional que durante años ha hecho de la empresa una marca de prestigio.

Al preguntar por el dinero invertido por Méndez observó inmediato una interacción con el Clan Salas, exgobernadores de Carabobo. Es una opinión general que no se puede aprovechar la credibilidad y posicionamiento de El Venezolano, como si fuera un actor político, para disponer de una plataforma que luego pueda ser empleada para planes proselitistas, aun cuando alguno de los dueños tenga su propia filiación con un sector político.

La fortuna de Méndez creció y creció y se expandió al exterior durante los gobiernos de los Salas, como contratista, proveedor y manejador de pólizas de seguros. Y son los Salas quienes aun parecen seguir siendo el mejor amuleto económico para Méndez, desde que lo ayudaron a superar una bancarrota en Miami, ayuda sin la que hoy no tendría avión, yate y negocios.

En los recovecos de la memoria guardados están los rumores que explicaban porqué la hermosa “Niña” Sigala quiso dejar El mismo techo que Salas Feo. Pero sin interrumpir la exposición con truculentos recuerdos, sustraída es la preocupación del personal de El Venezolano TV, de una inversión de capital de origen ilegible o al menos sospechoso. Nadie desea tirar al retrete 25 años de esfuerzos y luchas.

Entre una y otra historia kafkiana, al viajero le dicen que Carlos Méndez, quitando relevancia a las flaquezas de Muñoz, contrató a una persona para un cargo importante en el canal, que según su anfitrión es la actual novia de Muñoz desde hace muchos años. Y Méndez, complacientemente, le dio el cargo, con el ingrediente añadido que Méndez ha tenido parejas que también laboran en el canal y que ahora en los pasillos los empleados no saben si son los méritos o las travesuras de Cupido las que trazan las directrices.

Pensando en pedir un trabajo en esa empresa, el viajero, blandiendo una copa, desistió de su idea de solicitar plaza en Miami, tierra fértil de enchufados de la 4ta y la 5ta., que manejan sus negocios con el dinero de otros, fruto a veces de la corrupción. Concluía que ojala y dejasen muchos la bebedera de Whisky y el estar con sus novias para ocuparse de lo verdaderamente importante.

Fuente: Edward Jimenez - Artículo de Prensa

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