El papel de Kristhonfer Barrios Vivas en la millonaria trama de corrupción Pdva-Cripto

En el estado Táchira, fronterizo con Colombia, había un hombre que ostentaba una fortuna inexplicable. Se llama Kristhonfer Argenis Barrios Vivas, pero es más conocido como “Kris”. Tenía numerosas empresas en todo el país, 14 bodegones y varias estaciones de servicio de combustible. Su secreto era ser el testaferro del coronel Antonio José Pérez Suárez, vicepresidente de Comercio y Suministro Internacional de PDVSA, quien le otorgaba contratos irregulares a cambio de una parte del botín. Pero su vida de lujos y excesos se derrumbó cuando fue detenido por la Policía Nacional Contra la Corrupción (PNCC), en el marco de una investigación sobre una trama de desfalco a la estatal petrolera, conocida como Pdvsa-Cripto.

Un matrimonio y una muerte

Kris Barrios se había casado el año antepasado con Victoria, una bella joven de La Grita, una zona montañosa del Táchira. Según informó Sebastiana Barráez en Infobae, la pareja vivía en una casa de cuatro plantas en La Lagunita, una urbanización exclusiva en el municipio Hatillo, estado Miranda. La vivienda estaba revestida de grama sintética y contaba con piscina, sala de juego, bar, cocina, comedor, dormitorios con baño, área de lavandería, sauna y gimnasio. Allí también se encontraron chalecos antibalas, uniformes militares y pantalones beige.

Pero la felicidad duró poco. Hace unos días murió su padre, Gerardo Argenis Barrios Pérez. “Después de lo que ocurrió con Kris, al señor le dio una depresión muy fuerte, lo hospitalizaron, hasta que falleció de un infarto y lo sepultaron aquí en San Cristóbal. Su mamá, la señora Letty, está muy mal emocionalmente”, dijo una fuente a Infobae.

Un entramado empresarial

Kris Barrios era el dueño de varias empresas que se dedicaban a diferentes rubros: Supliven (suministros industriales), Grupo K6 2021 (construcción), Corporación KB 2021 (alimentos), Representaciones Full Gas (combustible) y Alimentos Commart (comercio). Sin embargo, él no aparecía como accionista principal en ninguna de ellas. En su lugar, usaba a familiares y empleados para que figuraran como socios. Así lo revelaron algunas de las personas que firmaron los documentos sin saber realmente lo que hacían.

Entre los socios simbólicos estaban sus padres Gerardo y Letty, su hermana Leidy Katherine, su primo Alfredo Barrios, su recepcionista Luz Marina Castro Rodríguez, su comisario Modesto Ramón Díaz Barajas, su prima Marioxy Vivas y otras personas como María Rojas, Oriana Porras y Leonardo Pernía. Una persona recurrente durante años y con cercanía estrecha a Kris era Karla Karina Ortiz Chacón.

Un negocio redondo

La principal fuente de ingresos de Kris Barrios era el combustible. Él tenía asignadas varias estaciones de servicio en distintos estados del país, donde aparecían como representantes legales Luz Marina Castro Rodríguez y Marioxi Vivas. Además, era el encargado de remodelar las instalaciones de otras bombas de gasolina que pertenecían a PDVSA. También se ocupaba de los comedores de la sede de Comercio y Suministro de la petrolera.

Todo esto era posible gracias a la complicidad del coronel Pérez Suárez, quien le daba los contratos sin cumplir con los requisitos legales. Por ejemplo, para que una empresa pudiera administrar una estación de servicio, su razón social tenía que ser solo la comercialización de combustibles líquidos. Pero las empresas de Kris Barrios no cumplían con eso.

Además, el coronel Pérez Suárez recibía sobornos por parte de los representantes de las estaciones de servicio, quienes le pagaban en efectivo en dólares o euros por la venta de hidrocarburos líquidos. Así, se generaban pérdidas al Estado venezolano por la fluctuación del precio del dólar y el incumplimiento de los plazos de pago. Algunas estaciones de servicio, como La Urbina III, tenían deudas pendientes de años anteriores. ->>Vea más...

FUENTE: Con información de Reporte