Ninguno de los 73 candidatos que compitieron por las 21 alcaldías de Anzoátegui sin el respaldo de los dos grandes bloques de partidos, en la jornada electoral del pasado domingo 8 de diciembre, logró ser alcalde.
De las jurisdicciones que estaban en juego 19 quedaron en manos del Gran Polo Patriótico (GPP) y las dos restantes se las adjudicaron candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
El saldo de la contienda, en la que se eligieron alcaldes y concejales, fue similar al obtenido en 2008, año en el que el GPP ganó 18 jurisdicciones, la MUD dos y la restante un independiente opositor.
En los últimos comicios, la unidad perdió las dos alcaldías que conquistó hace cinco años (Santa Ana y Cantaura), pero le arrebató Píritu al GPP y se hizo oficialmente con Urbaneja.
Aunque había 115 candidatos pujando por las municipalidades, la gran mayoría de los independientes quedó rezagada.
Únicamente en tres jurisdicciones: Cajigal (Onoto), Carvajal (Valle Guanape) e Independencia (Soledad) lograron adjudicarse el segundo lugar.
El comportamiento electoral de los anzoatiguenses no varió demasiado con respecto a los comicios celebrados en los últimos cuatro años, con excepción de las presidenciales de abril –jornada en la que la oposición ganó en 10 municipios–, explica el politólogo y director de la firma ORC Consultores, Oswaldo Ramírez.
“En el caso de Anzoátegui los riesgos que existían asociados a candidatos que estaban lanzándose por fuera eran bastante bajos”, asegura el experto. Sostiene que en el país existen dos grandes marcas políticas y la filiación de los electores a cualquiera de ellas condicionó su voto: “No importó tanto el candidato, la marca pesó más”, detalla. La filiación de la que habla Ramírez le jugó en contra a los que se lanzaron al ruedo por cuenta propia.
Conseguir el éxito político sin el respaldo de las toldas más reconocidas no era tarea sencilla para ningún independiente, no sólo por la dinámica política del país, sino también porque la promoción electoral es un proceso complejo.
El candidato necesitaba, entre otras cosas, el apoyo de los medios y recursos económicos, que muchas veces no poseía, para ganar la simpatía de los electores, sostiene el especialista en campañas electorales, José Vicente Carrasquero.
“La gente no vota por un candidato porque llega al tarjetón y empieza a decidir por quién va a votar. La gente llega al tarjetón y ya tiene una decisión tomada que depende de qué tan cercano estuvo el candidato del ciudadano. Si el independiente no tuvo esa oportunidad no tenía chance alguno”, precisa el consultor.
Ramírez y Carrasquero coinciden en que en los pasados comicios los tarjetones estaban llenos de “descontentos”, más que de independientes. Los candidatos que armaron sus tiendas aparte, en el fondo tenían una alineación clara con alguno de los dos bloques políticos, pero no encontraron eco en el electorado, no consiguieron suficientes votos, argumentan ambos.
Entre polos
El GPP, que ganó 240 de las alcaldías del país, y la MUD, que conquistó 75, se asumen vencedores por igual. Usan los resultados para promocionarse. Intentan convencer al país de que sus seguidores son mayoría.
Pero para el presidente de la encuestadora Pronóstico, Francisco Bello, está muy claro: Ni el GGP, ni la MUD tienen la mayoría. “La mitad del país no se entusiasma ni con un polo, ni con el otro”, asegura.
De acuerdo con Bello, desde el punto de vista de la participación, no es posible comparar las elecciones del pasado domingo, con comicios municipales anteriores.
“Estas votaciones tuvieron estatus nacional” y la abstención superó 42%, mientras que 8% de electores no eligió ni al GPP, ni a la MUD. “La gente tiene menos interés en la radicalización. Los que votaron estaban polarizados. Quedó claro que a la mitad del país no le interesó el proceso. 50% no está con la radicalización”, enfatizó.
Carrasquero difiere. “La polarización está para quedarse un tiempo más”. Para él el discurso del gobierno y la forma cómo éste maneja los recursos del país acentúa la brecha política entre oficialismo y oposición.
“La polarización en la arena política sigue intacta”, afirma Ramírez, quien no cree que la radicalización afecte necesariamente la agenda del ciudadano. Bello coincide: “A la gente le importa menos el tema de los polos que sus propios problemas”.
Divisiones lesionaron la unidad
Víctor Hugo Figueredo, candidato a la reelección en Urbaneja (Lechería), ex-militante de un Nuevo Tiempo y fundador del partido Juventud Organizada de Venezuela (Joven), no se equivocó cuando dijo: “En Lechería es imposible que entre el chavismo”, pero no fue él quien derrotó el pasado 8 de diciembre a la contrincante del Gran Polo Patriótico (GPP), María Escar.
La Alcaldía del municipio Diego Urbaneja se la adjudicó con 71,31% de los votos, el abanderado de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD): Gustavo Marcano. Figueredo, quien decidió no participar en las elecciones primarias que la oposición realizó el 12 de febrero de 2012, apenas consiguió 7,58% de los votos.
Figueredo, así como otros candidatos que aseguraron seguir siendo opositores pese a no haber sido postulados por la MUD, fue a elecciones apoyado por partidos pequeños que también apostaron, en algunas jurisdicciones, por disidentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
Es el caso de Ernesto Paraquiema, quien aspiraba a convertirse en alcalde del municipio Simón Rodríguez (El Tigre), una de las poblaciones más importantes de Anzoátegui.
Paraqueima, que ya en una oportunidad fue alcalde por el partido de gobierno, pero luego se pasó a la oposición, fue apoyado por 11 toldas y mordió una buena porción de votos: 21,15% (15.519).
El presidente de la encuestadora Pronóstico, Francisco Bello, piensa que en Simón Rodríguez la división le arrebató el triunfo a la MUD. El candidato de la unidad, José Brito, obtuvo en los comicios 34,92% de los sufragios, mientras que Jesús Figuera, abanderado del GPP que se adjudicó la alcaldía, consiguió 41,87%.
Ninguno de los dos alcaldes opositores que buscaba la reelección la consiguió: Evelin Urdaneta en Cantaura y Hugo Figueredo en Lechería. Tampoco consiguieron el triunfo los que no apoyaron la unidad.
La Alianza del Lápiz Pro Defensa de la Comunidad (Lápiz Procomunidad), organización que apoyó a ocho candidatos de oposición en Anzoátegui y en la cual está involucrado el también disidente de la MUD, Antonio Ecarri, apenas se adjudicó 595 votos.
El Movimiento Político Alianza para el Cambio (Mpapc), partido recién constituido por los diputados suplentes opositores Ricardo Sánchez y Carlos Vargas, disidentes de la MUD, que apoyó a nueve candidatos independientes y un candidato de la unidad, se llevó un poco más: 1.671 sufragios.
Despolarización
Aproximadamente 8% de los venezolanos no votó ni por los candidatos del Gran Polo Patriótico (GPP) ni por los de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). “Algunos partidos emergentes no compran la polarización”, explica el director de la encuestadora Pronóstico, Francisco Bello. La tolda Nueva Visión para Mi País (Nuvipa), que abanderó a Eusebio Méndez en las elecciones presidenciales de abril, es una de las pocas que sólo apoyó a independientes en Anzoátegui, en los pasados comicios postuló 10 candidatos. Tiempo Social Nacionalista (Tison) y Movimiento Conciencia de País (MCP) fueron otros de los partidos que sólo respaldaron independientes/disidentes en el estado oriental, 13 y 6 respectivamente.
| Fuente: Alejandra Rodríguez Álvarez - http://eltiempo.com.ve |
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