lunes, 10 de junio de 2013

(Anzoátegui) Denuncian reparación incompleta de estadio en Barcelona

Unos 790 deportistas hacen sus prácticas de béisbol y sofbol el estadio Ramón Guarache de Barrio Sucre, en Barcelona; pero el que ha ganado algunos partidos es el abandono, pese a las diligencias que han efectuado -ante los organismos públicos- los representantes de la fundación que administra el campo.
Para atender las peticiones de la comunidad, en 2011 la Alcaldía del municipio Bolívar contrató a la empresa la MD Construcciones C.A. para que rehabilitara el estadio. Ese año, el personal trabajó en septiembre, octubre y noviembre, pero no continuó las obras.

Según refirió José Maza, directivo de la fundación, el personal medio reparó el campo deportivo, unos trabajadores medio arreglaron el par de vestidores, colocaron ocho pocetas y pusieron una malla de alfajol en el área de bateo.

“Una ingeniera de la empresa se llevó las llaves de los vestidores, y tuvimos que cambiarles las cerraduras”.

Maza dijo que la contratista no instaló los tanques de agua, tampoco arregló el techo de la tribuna, ni puso las tuberías ni las luces.

“El gobierno local asignó 800 mil bolívares para la rehabilitación del coso. Parece que los reales se perdieron, o no alcanzaron”.

Maza recordó que los conductores de electricidad de las ocho torres, así como los cinco focos de un poste, fueron sustraídos por los ladrones.

“Los deportistas hemos colaborado para sustituir el cableado de cinco de las ocho torres. También para pintar uno de los dos vestidores”.

El Tiempo trató de contactar al director de Planificación y Desarrollo de la alcaldía barcelonesa, Simón Planchett, para que informara cuándo retomarán la reparación del estadio Ramón Guarache. No fue posible contactarlo.

Limpieza

José Maza vio con buenos ojos la jornada de mantenimiento que, entre el 22 y el 23 de mayo, efectuó una cuadrilla de obreros, después de que el gobernador Aristóbulo Istúriz fuera el 18 de mayo a Barrio Sucre, para entregar dos vías asfaltadas: la Guayaquil y la Zulia.

En la limpieza del coso laboraron los obreros de máquinas Alberto González y Juan Carlos Maita, y el chofer Víctor González, entre otros.

Ellos, con dos retroexcavadoras y cinco camiones volteos de la Corporación de Vialidad e Infraestructura del estado Anzoátegui (Covinea), retiraron más de 100 toneladas de tierra y escombros.

Los desechos los habían dejado entre las canchas de basquebol y de bolas criollas, unas personas que entraban al recinto a través uno de los dos portones.

El arreglo del techo y gradas de la tribuna del estadio Ramón Guarache, demandaron los mecánicos de frenos, Johan Brazón y José Angel Pérez, ambos de 18 años.

Ellos esquivan el tramo roto de la grada inferior, para subir a las más alta de las siete que tiene, donde se reunen con unos amigos para desayunar.

Los chicos, quienes prefieren quedarse cerca de una mata de ponsigué, afirmaron que ya no ocurren robos en la instalación deportiva. Afirmaron que hay tranquilidad.

Familias refugiadas
Desde hace 14 años, dos grupos familiares comparten una vivienda que hay en el estadio Ramón Cueche de Barcelona. Se trata de la camarera Ivette García, de 39 años, su esposo el mecánico Johnny Henriquez, y sus cuatro hijos de 21, 16 15 y 11 años. Este último tiene discapacidad del habla y motora.
Allí también residen una hermana de Ivette, el ama de casa María García, de 31 años, junto con su marido, el obrero de la construcción Adrián Benitez y sus niños de siete y seis años.

Fuente: Yraida Núñez - http://eltiempo.com.ve

1 comentario:

  1. *** La campaña contra la corrupción lanzada por el Presidente Nicolás Maduro debe concentrarse en el Poder Judicial, porque cuando los pueblos perciben que el poder y el dinero pueden más que la justicia, la moral ciudadana se envilece, la tiranía florece y los pueblos se enardecen. Las mafias judiciales siguen haciendo de la suya en *** tribunales de la República Bolivariana, en evidente complicidad con jueces corr***tos y con sus pares disciplinarios, que como buenos bomberos no se pisan la manguera, a no ser que Maduro se atreva a darles duro por el joyuyo. La solución es muy fácil y se encuentra en el artículo 61 del Código de Ética del Juez Venezolano y de la Jueza Venezolana, el cual faculta al Tribunal Disciplinario a acordar la separación inmediata del caso o la inhibición cautelar del Juez denunciado por actos de corrupción judicial, a seguir sustanciando el caso hasta tanto concluya la investigación ***

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