Viuda presa rompe silencio sobre muerte de editor Rubén Gamarra

Enseguida un artículo publicado por el diario “Nueva Prensa de Guayana”, suscrito por Jalousie Fondacci R., viuda del editor Rubén Gamarra y procesada como sospechosa de haber ocasionado la muerte del empresario a consecuencia de un presunto envenenamiento.

Juro que es verdad

Hoy rompo mi silencio para descorrer el pesado cortinaje de la afonía que me acompañó durante tanto tiempo, dos años y medio son suficientes; hoy desaparece Sharbat Ashram para dar paso a Jalousie Fondacci R., la autora de Palabras del Corazón y deshacer la elipsis de mis días.

Sé que muchos se sorprenderán de saber que quien suscribe ha sido la persona quien durante más de un año les ha animado a continuar esperanzados en el ropaje de la fe; pero hoy les quiero escribir con el corazón para contarles de la estoica paciencia que me ha sostenido en este largo peregrinar en un injusto encarcelamiento.

¿Por qué no escribí antes?, les confieso que siempre he creído en la justicia; elegí una profesión basada en los ideales de equidad de Justiniano: “Dar a cada quien lo que le corresponde”. Soy abogada pero además católica por convicción y practicante, sin obnubilarme, pues reconozco las acciones mediocres que envilecen al ser humano y que carcomen cualquier esfera donde él se desenvuelva. No quise involucrar el medio que dirijo para fines personales, en la certeza de que quienes imparten justicia verían estrictamente lo contenido en el expediente.

Jamás tuve una multa de tránsito, nunca falté a mis obligaciones ciudadanas y siempre velé de ser digna y merecedora de mis títulos más nobles: mujer, madre, esposa, hija y hermana; asumí también mi rol de madre sustituta (madrastra) con entera y absoluta equidad y hasta en entrega del amor del que sólo las madres podemos dar. Pero no les voy a contar de mis condiciones y cualidades, estoy escribiéndoles con las Palabras del Corazón de la Editora y Vicepresidenta de este diario: Nueva Prensa de Guayana empresa que creo representar dignamente y quien desde hace dos años y medio atraviesa un tortuoso camino de penurias judiciales.

Génesis de la maldad

Lo que inició como un problema meramente familiar en la detentación de poder y avaricia por el control económico, propiciado por quienes de una u otra manera lograron regar la semilla del mal con dudas, teniendo el mejor asidero y tierra fértil en quienes nunca….digo bien nunca tuvieron a bien considerar los valores de la unión familiar y los afectos filiales que se profesan a un padre, mi difunto esposo Rubén Gamarra; decantó en lo que hoy es un caso de grandes peces comiéndose a los pequeños y en un ridículo mercado de ofertas al mejor postor.

¿Qué podría esperar para mí o mis hijos de esos personajes desnaturalizados?

Bien me supo expresar la mayor de la jauría, Claudia, unas semanas antes de iniciarse para mí este periplo mientras nos trasladábamos hacia la empresa: “¿cómo puede alguien ser excluido de participar en la repartición de la herencia?”, inocentemente respondí que ‘declararle indigno’ y hasta me preguntó las causales…..cómo haber intuido que ya cocinaban la receta maléfica para despojarme de los bienes que con sacrificio trabajé al lado de mi esposo.

Jamás pensé quitar nada a nadie, y los deseos de tener más no podrían ser mejor expresados por esos hijos: un golpe bajo en el momento de más debilidad. Bastaron veinticinco (25) días luego de fallecido el padre para encontrar unas culpables del asesinato que jamás ocurrió, de un envenenamiento inventado a la sazón de la ingenuidad.

Todo se orquestó en la mente maquiavélica de quien dictaminó (sin haber evidencia física, ni sospecha médica-patológica) que Rubén Gamarra había sido envenenado porque un familiar cercano, muy cercano a él había atravesado por las mismas circunstancias.

En veinte años Rubén jamás había utilizado guardaespaldas; en circunstancias álgidas como el rapto de Rita una de sus mayores hijas, no quiso tener a alguien que le protegiese, siempre entendió que era más peligroso dar señales y cuentas de sus acciones a un tercer extraño por aquello del cuchillo para su garganta. De pronto, por arte de magia aparecen un par de señores cuidándole, pagados por la empresa de su nueva sociedad a instancias e insistencia de uno de sus socios, ¿qué preocupación tan grande por la seguridad de su socio?....sí, el de los rayos X, el de la virtuosa visión, digna del héroe de cómics.

Quizás no se sepan muchos detalles de las formas en que se orquestó esta patraña mentira; hubo llamadas a los medios policiales (donde también se desenvolvía como peces en agua) por los interesados, pagos fraudulentos compradores de silencio y la anuencia de un fiscal nacional que se llevó las glorias investigativas.

Aclaro: al momento de su fallecimiento yo no me encontraba en el país, me había residenciado con mis tres hijos por petición de Rubén y de mutuo acuerdo, sin conflictos maritales (como algunos intentaron hacerlo ver) en la ciudad de Lima, decisión alternativa para superar una condición médica a través de terapias y descanso del stress laboral y de modus vivendi; para nadie es secreto los momentos de angustia que se vivieron en determinado momento en la ciudad por los innumerables secuestros; sentíamos que de nuestras cabezas pendía una espada de Damocles.

¿Y el móvil?

Nada más burdo que argumentar los celos, insultan mi inteligencia y se nota que jamás buscaron en las profundidades del perfil psicológico que pueda ayudar a establecer los motivos. Mucho menos investigaron a quien beneficiaría la muerte de Rubén Gamarra, ¿a mí? Señores, yo quedé como fiadora solidaria de muchas de las cuantiosas deudas adquiridas bien para las empresas editoriales, para la constructora o para la mueblería; sería una tontería sólo pensarlo. La más perjudicada económica y afectivamente soy yo. ¿Por qué haber esperado siete días después de haber compartido en Lima, ciudad donde no hubiese despertado sospecha alguna un Gamarra fallecido (hay muchísimos) y mandarlo a hacer con un tercero ajeno a la relación? ¿Cuál era el beneficio del tercero?

Esta ciudad se quedó pequeña, y el problema trascendió sus fronteras luego de trasladarnos hacia Anzoátegui por un infausto y artificioso recurso de radicación.

¿Quiénes son los locos?

Hubo quienes se atrevieron a levantar calumnias respecto a mi estado emocional y cordura. Si aquí en esta historia hay locos, búsquenlos en la hija raptada de Rubén Gamarra quien tuvo ingresos a centros médicos por intento de suicidio, una persona psicótica, plagada de conflictos emocionales y carencias afectivas que en todo caso no provoqué yo porque ocurrió mucho antes de la muerte de su padre, circunstancias por las cuales él planteó relevarla de sus obligaciones dentro de la empresa que todavía dirige; pueden preguntar por el perfil psicológico de una persona emocionalmente inestable, insegura de sí misma y en búsqueda de relaciones tóxicas. Por algo su padre le estaba restando funciones sobre todo por la problemática en las relaciones interpersonales con los trabajadores de la empresa que dirige, convirtiéndose en agente altamente contaminante del ambiente laboral. Para muestra el sin fin de reclamos laborales existentes en tribunales y a otros niveles. Bipolar; contradictoria hasta en los sentimientos hacia sus progenitores, desnaturalizada en todo aspecto, tanto que a su tía Narda Gamarra la despojó sin ningún remordimiento de todo cuanto Rubén le había dado previo a su fallecimiento, en virtud de que no habían realizado la efectiva y legal transacción de traspaso: vehículo, negocio, vivienda y la tiró a vivir a la calle. Hoy es conserje de un edificio.

Terceros en esta historia

Si mi difunto esposo tuvo o no amantes creo que a nadie debía interesar más que a él y a la (s) involucrada (s). Él como cualquiera tuvo su vida privada, oscura o no, no soy yo quien juzga; esa fue su vida y siempre mantuve al margen de nuestra relación cualquier interferencia; sin embargo no dejo de reconocer a la criatura fruto de una de sus relaciones extramaritales; quien hoy seguramente sufre las ausencias de su padre al igual que mis menores hijas y para quien en múltiples ocasiones adquirí los obsequios de su cumpleaños o souvenirs de nuestros viajes.

Mi respeto a la privacidad se mantuvo por encima de mis pretensiones de pareja. Tuve a mi lado a un ser humano, con virtudes y defectos. El siempre decía: “no soy un obrero sidorista…. soy un empresario y trabajo sobre ideas”, pero me confieso haber sido su cable a tierra la mayor de las veces, pues no todos sus proyectos gozaban de la factibilidad que él deseaba. Es así como nadie de los medios judiciales y fiscales se preguntó por qué no investigaron en la casa ni lugares de trabajo de las personas con quienes se relacionaba, habiendo constancia en acta y a confesión de parte haber compartido horas antes de su deceso con él.

Ingenuidad, inexperiencia, traición….cóctel de la muerte

Mi actual vivencia me impuso un silencio obligado, recomendado por muchos en virtud del miedo que invadió a la familia, para bienestar de las menores hijas; inicié una existencia plagada de traiciones, el dolor de las ausencias de los quereres y siempre esperé a que se rectificara el horrendo error cometido hacia dos mujeres.

Escribir esta experiencia en primera persona sería falsear y omitir a alguien que hoy sufre las vejaciones de la ignominiosa situación en las que nos han sumergido, me refiero a Solangel Alvarez, a quien se le acusa de la materialización del supuesto envenenamiento. Hemos sido objeto de las más humillantes situaciones, expuestas al escarnio público, al deshonor. Ella es una mujer de extracto humilde, sin pretensiones, educada, excelente madre y con el virtuosismo de haber formado un hogar bonito y digno. Una mujer sencilla y despojada de toda malicia; hoy día sufre los embates de dolencias físicas y espirituales, propias de quien ha sido privada de lo que para ella -al igual que mi persona-es su capital de vida: su familia.

A nosotras nos han violado los derechos fundamentales: una fiscalía que no investiga, que acusa sobre supuestos negados; la afasia judicial que no escucha nada de nuestra defensa: informes médicos que nunca llegaron, revisión del proceso plagado de vicios; las normas fundamentales procesales que jamás se corrigieron…complacencia con los acusadores por los padrinazgos políticos y la fuerte influencia económica.

Se preguntarán ¿a cuenta de qué hay tanto disponible? He aquí la respuesta: ventas fraudulentas de bienes extraídos de una masa hereditaria que aún no se reparte, compromisos políticos con personeros que ya tienen sus tentáculos puestos en los bienes hereditarios; pactos y ayudas en el poder judicial en desmedro de la verdad verdadera y un ministerio público sin intenciones de investigar nada, hubo un direccionamiento preconcebido y así no hayan pruebas hay que hacerlo creer.

Todo en blanco y negro

Darle la espalda a los hechos no va a ser fácil, porque todo cuanto explico aquí se encuentra sustentado en un expediente que fácilmente puede ir por veinticinco (25) cuadernos.

Datos

***La autopsia no revela, ni deja escollos para hacer entrever que se trataba de envenenamiento. Infarto al miocardio es lo que se lee.

***Luego de los exámenes toxicológicos realizados en Caracas, dicen de la presencia de una sustancia tóxica.

Tiempos

***El supuesto veneno tiene un tiempo de acción (según examen toxicológico) de 25 a 30 minutos. Ingesta de café: 8:30 am/Salida del periódico: 10:30 am/Recorre la construcción y sostiene reuniones en privado hasta las 11:30 am/Fallece a las 11:45am.

Me pregunto, cómo un hombre con dos perforaciones gástricas, sangrantes de gravedad y motivo de sus hospitalizaciones, pudo haber ingerido un veneno sin que éste le hubiese ocasionado un daño inmediato, después de haber resistido tantas horas.

Era hipertenso, medicado con Diovan 320 por su médico cardiólogo. Prediabético, con todos los valores del perfil lipídico alterado, sin embargo la fiscalía no tuvo a bien solicitar los informes médicos por ninguna de las hospitalizaciones y mucho menos llamar a su cardiólogo, ni tampoco pudo avocarse a investigar a las personas que estuvieron con Rubén Gamarra durante la última hora de vida, con quienes se reunió y el lugar donde falleció.

No recolectaron la basura del lugar donde él muere ni mandan a abrir esa oficina. Se avocaron de inmediato a revisar mi hogar y el de Solangel Alvarez y la oficina. No buscaron nada en el sitio donde él se reúne por última vez; ni entrevistar a la persona con quien conversó, ni indagar sobre las referencias de sus escoltas….Nada …..insólito.

Obviamente no les puedo relatar el contenido íntegro del expediente pero es del dominio público, ya está liberado de sumario y todos pueden leerle. No hay que ser tan inteligente ni perspicaz para darse cuenta que entre la abyecta sordera del poder judicial y la prostituida actuación fiscal degeneraron un expediente que ha enriquecido a pocos y maltratado a muchos, al paso del tiempo hemos quedado dos mujeres olvidadas por la justicia para sólo convertirnos en las sombras de dos recintos penitenciarios.

Aún con la mejor defensa que hayan hecho de nuestros intereses y derechos, aquí no se ha tratado de encontrar la verdad sino de ocultarla, porque son insaciables los angurrientos deseos de los morbosos de oficio que dicen ser dignos representantes del poder judicial y ministerio público.

He caminado por las cloacas de la humanidad, he conocido las mentiras lisonjeras de quienes desearon convencerme que todo estaría bien en sus manos y en verdad lo único que hicieron fue mellar mi confianza y hacer de mi vida un rosario de escollos, no sólo anteriores “defensores” del caso, sino gente muy cercana que se vistieron de corderitos para irse comiendo las ovejas dentro del rebaño cuando en verdad ellos eran los lobos; para colmo, muchos han pescado en este río revuelto con el fin de enriquecerse económicamente o capitalizar nuestra desorientación.

Como Platón en “El Mito de las Cavernas” sólo veo las sombras de lo que es simple reflejo de la realidad. Mi mayor capital es la fe que mantengo en DIOS, mi compromiso es con mis DESCENDIENTES, mi propósito es ser FELIZ; ambiciono ser testigo de la esperanza y sobrevivir en medio de la barbarie humana para contarle al mundo que aunque todo nos sea adverso, el bien y la verdad siempre triunfarán. Coraje y fortaleza me revisten.

Lo sostengo y juro: no me rindo, no desfallezco y continúo pensando en que la conciencia tiene su eco en el espíritu de ecuanimidad, moralidad y amor que nos hace humanos. Alguien debe escuchar el grito de dos mujeres y madres exigiendo JUSTICIA YA!!!!!

Jalousie Fondacci R.