En Nueva Esparta: "Una revolución para la revolución"

Por: Augusto Hernández - En Nueva Esparta la revolución está incompleta. Para ser exactos deberíamos decir que no ha comenzado a escala regional. Naturalmente no se pueden negar los programas nacionales, en especial las misiones, que han beneficiado a los sectores de menos recursos y a la clase media. Lamentablemente en la mayoría de los casos no estamos hablando de infraestructuras firmes, consolidadas, que puedan volar con alas propias.
Tomemos el ejemplo de las radioemisoras comunitarias. ¿Cuánto tiempo durarían sin apoyo logístico y financiero del gobierno? Me perdonarán los camaradas que con tanta mística se dedican a levantarlas, pero sin un gobierno revolucionario decidido a sostenerlas durarían lo que un céfiro en un chinchorro.
Mercal, Pdval, las casas de alimentación, Barrio Adentro y casi todos los demás programas o misiones no subsistirían dos meses si no les llegan el pago de nómina y los insumos para trabajar. Repito, pues, que no son entes autosuficientes.
La organización popular a través de consejos comunales se encuentra en las mismas condiciones. Todas las leyes del mundo no bastan si no les llegan los churupos y para ello hace falta una burocracia eficiente que cumpla sus compromisos, cosa que, en pocos casos afortunados, se produce sin problemas.

Más allá de tales iniciativas impulsadas por Hugo Chávez a base de arrear funcionarios remolones, en Margarita y Coche no se ha producido una medida revolucionaria que pueda sostenerse a mediano o largo plazo.

La malhadada experiencia durante el desgobierno de Alexis Navarro produjo la privatización del Aeropuerto Internacional de Margarita, entregándolo a un consorcio chileno suizo, localizado con el apoyo de un abogado experto en despojos.
El Puerto Internacional del Guamache siguió y sigue en manos del Consorcio Guaritico, de antecedentes cuestionables, aprobado por Morel Rodríguez antes de que Navarro llegara a ratificar el contrato.

El monopolio de Conferry continúa intacto, tratando a los usuarios como si fueran borregos al garete.
Seneca, gracias a la nacionalización energética, perdió su exclusividad, pero sus fallas agudizadas no le duelen a los administradores, que parecen los mismos de antes.

En Nueva Esparta hemos vivido de mentira en mentira durante cada campaña electoral, cuando los candidatos impuestos a dedo prometen villas y castillos para después no construir ni una triste casucha.

Eso sí ¡cómo han dilapidado dinero! En una rebatiña electoral le dieron plata a medio mundo para que iniciaran empresas e, inclusive, daban más de lo que les solicitaban. Luego, cuando debían cumplir con la segunda cuota, ya habían liquidado los fondos y los proyectos fracasaron en su casi totalidad por falta de respaldo oficial. Eso se llama ineptitud irresponsable.

El PSUV en Nueva Esparta está encabezado (que no dirigido), por una federación de sedicentes líderes, cada uno representando a un grupúsculo que logró captar la buena-pro de uno de los niñeros que nos mandan de Caracas. Resultaría absurdo suponer que representan a los revolucionarios insulares, a quienes se niegan a escuchar o recibir.
Hace falta una revolución dentro de la revolución, o fuera de ella si se ponen muy duros y las bases no logran elegir a sus dirigentes.

Fuente: http://www.elsoldemargarita.com.ve