Tan pronto pise territorio del norte, un abogado venezolano de apellido Koesling pudiera tener que rendir cuentas ante las autoridades, por la supuesta existencia de unas facturas que tendría en su poder, según las cuales un banquero de apellido Torres le pagaría a un piloto de apellido Korol por unos presuntos vuelos realizados por una ex parlamentaria colombiana, unos insurgentes neogranadinos y un grupo de políticos africanos solicitados internacionalmente.
En la actualidad el Ministerio Público venezolano adelantaría dos causas penales en contra de Koesling, una de éstas por presunta extorsión y la otra por supuestas lesiones personales.
Ya autoridades migratorias norteñas habrían aperturado averiguaciones en torno a Koesling.
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