Sindicalista: PDVSA administró Salinas de Araya sin invertir en maquinaria ni infraestructura

Luego de que la filial industrial de Petróleos de Venezuela S.A (Pdvsa) administrara durante siete años la Empresa Nacional Salinas de Araya (Enasal), ubicada en el municipio Cruz Salmerón Acosta del estado Sucre, el holding de hidrocarburos vendió la factoría a la Corporación Minera Venezolana S.A (CVM), ente dependiente del Ministerio de Desarrollo Minero. Sin embargo, antes de la venta, la estatal petrolera incumplió los convenios bajo los cuales la Gobernación de la entidad le cedió la administración del 60% de la empresa en julio de 2009, por un lapso de 25 años.

La firma de conversión del Enasal a manos de Pdvsa Industrial conllevó a una serie de compromisos bajo los cuales la petrolera estaba obligada a cancelar un monto inicial de 67 millones de bolívares, dinero que serviría para cancelar pasivos laborales que estuvieron pendientes desde 1996 hasta el año 2008 a 467 trabajadores de las salinas.

Además del pago de pasivos laborales, en noviembre de 2008 el entonces Ministro de Energía y Petróleo y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, habría anunciado un plan de inversión a diez años, con un monto financiero inicial de Bs. 354 millones, recursos que se utilizarían para remozar las estructuras de las salinas, comprar maquinaria, equipos y reacondicionar la planta física. La intención era que el Estado venezolano administrara el patrimonio de la sal en Araya para realizar inversiones en el desarrollo de la península sucrense.

Carlos Guzmán, secretario general del Sindicato Bolivariano de Trabajadores de las Salinas (Sinbotracosal), aseveró que siete años después de la reconversión en la planta, la producción de sal para consumo humano está detenida desde septiembre de 2015 por falta de insumos básicos y daños en la maquinaria. En Enasal solo se produce sal industrial y de consumo animal, pero no de manera constante, sino a petición de clientes. “Solo se trabaja por pedidos, de acuerdo a las solicitudes que haga la clientela de la empresa”, puntualizó.

“Hubo dinero”, aseguró Guzmán, pero no se utilizó para el pago de pasivos laborales ni para remozar la planta física o adquirir toda la maquinaria necesaria. “Lo que hizo Pdvsa fue traer su propia maquinaria para explotar la sal. No hubo compra de maquinaria ni renovaciones en la planta y refinería, sino reparaciones que hicieron los mismos trabajadores”.

El sindicalista puntualizó que en el año 2009, la empresa adquirió seis máquinas empaquetadoras de sal, por un monto de Bs. 50 millones, pero que en la actualidad ninguna de las máquinas está en Enasal. “Esas máquinas se perdieron, dos se las llevaron a Caracas cuando estaban nuevas porque pertenecían a Pdvsa y cuatro se las llevaron a reparar desde hace dos años y nunca más las trajeron”, aseguró.

Apuntó que la infraestructura de Enasal “se está viniendo abajo” y que los trabajadores no cuentan ni con baños para hacer sus necesidades fisiológicas en horario laboral. “Nunca repararon nada, pudieron recuperar estructuras en la unidad uno, como galpones, y eso lo echaron abajo”.

Mientras la empresa opera al mínimo, por las malas condiciones de infraestructura, Guzmán denunció que la gerencia de la planta, a través de empresas de maletín, comercializó seis embarcaciones cargadas de sal industrial al extranjero, sin que el dinero obtenido fuera declarado a instituciones como el Servicio Nacional Aduanero y Tributario (Seniat) o el Banco Central de Venezuela (BCV).

El artículo 164 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) establece que es de competencia exclusiva de los estados “el régimen y aprovechamiento de minerales no metálicos, no reservados al Poder Nacional, las salinas y ostrales y la administración de las tierras baldías en su jurisdicción, de conformidad con la ley”.

Fuente: Nayrobis Rodríguez - http://elpitazo.com