Puerto La Cruz: ¿Dónde quedó lo Bello?

En lo más alto de la calle Bolívar del sector Bello Monte en Puerto La Cruz, comienzan las calamidades que durante diez meses han afectado a las familias de la comunidad, debido a un bote de aguas negras que discurre frente a los hogares hasta llegar a la zona baja de la localidad en el Callejón San Luis.
A pocos metros de lo que asemeja ser un volcán putrefacto vive Ameglis García, quien a diario rocía su casa con desinfectante para poder combatir la hediondez que no la deja comer a ella ni a sus hijos.
“No podemos estar frente a la casa, estamos rodeados de insalubridad”, manifestó la vecina con una mano en la nariz. Según los vecinos, el recorrido de las aguas negras, que cubre de extremo a extremo a Bello Monte, ha sido ignorado por la Alcaldía de Sotillo, porque no ha destapado el colector en la calle Bolívar, donde se origina el bote. “Hace dos meses el alcalde se comprometió a reparar las cloacas, pero todo sigue igual”, explicó Franklin Marín.

Al final del Callejón San Luis, al límite de la laguna El Maguey, se encontraba sentada frente a su rancho Lisbeth González, contemplando el canal embaulado que está a dos metros de su hogar y que desde el año pasado no ha recibido mantenimiento alguno. “Esto es un criadero de plagas y la contaminación es muy alta.

Cuando llueve, el callejón colapsa, porque aquí vienen a parar los desechos y las aguas residuales de la comunidad”, indicó González, quien vive con sus tres hijos de ocho, cinco y dos años.

Un pequeño mono llamado Juan, y que es la mascota de una familia que vive en la calle Sucre, tampoco se escapa de las necesidades que no perdona a ningún habitante. La Sucre, es catalogada por los vecinos como la peor vía de Bello Monte, desprovista de asfalto, llena de huecos y de charcos que espantan a cualquier transportista. “Está intransitable y cada día se pone peor”, dijo Aidé Rojas frente a uno de los cráteres que contribuyen a quitarle lo bello a la comunidad para dejar lo más feo.

Sin agua
En la parte alta de Bello Monte las familias deben pagan 5 bolívares por cada barril de agua que comercializan los camiones cisternas, porque el vital líquido no llega por tubería. Según la señora Rosa de Barrera, la alcaldía porteña no envía los camiones a repartir agua gratuita y por eso gasta 50 bolívares dos veces a la semana para llenar diez tambores.

Fuente: Omar E. Pérez / El Mío - http://eltiempo.com.ve