Una oleada de empresarios que han potenciado sus finanzas en años recientes demuestran ser grandes entusiastas del hispismo. Aunque en determinados casos han logrado una fortuna tan grande como polémica, el gusto por los equinos los ha llevado a gastarse parte de la misma en Venezuela, EE.UU, República Dominicana, y Panamá en distintos deportes ecuestres: carreras, polo y salto, mayormente.Entre ellos figuran banqueros, exbanqueros, exadministradores del sector financiero público, empresarios dedicados al corretaje de seguros y reaseguros y otros tantos. De acuerdo a una fuente, uno de ellos, quien permaneció durante varios meses detenido tras la bancarrota de bancos en 2009, se dejaría ver en las inmediaciones de una presunta sala de juegos clandestina en Las Mercedes, Caracas.
L”a familia Ceballos es otra que despunta en el negocio hípico. Encabezada por Alejandro Ceballos, directamente y a través de empresas, consolidan sus caballerizas y preparadores en los hipódromos de Florida y otras ciudades, destacando en la hípica”, explica una fuente. “En determinados casos son contratistas de organismos públicos venezolanos que se aventuran en el negocio ecuestre”, concluye.
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