Viven a orillas del Río Neverí en Barcelona

En las noches merodean por las calles y avenidas que bordean el río Neverí y en el día utilizan sus áreas verdes para descansar. Algunas personas los han visto consumiendo estupefacientes a orillas del cauce.
“Se creen dueños del lugar. Son personas en situación de abandono y lo que hacen es robar y consumir drogas” dice el comerciante Luis Rondón, quien alquila un local en el que vende empanadas en la avenida Cajigal de Barcelona, desde hace ocho años. Allí los antisociales lo han asaltado más de cinco veces.

Dice que en el río se bañan, hacen sus necesidades fisiológicas. En sus orillas cocinan y hasta los han visto teniendo relaciones sexuales.

“Una vez observé cuando una de las mujeres que viven a orillas del Neverí estaba agachada pujando y bañada en sangre. Horas más tarde funcionarios del Cicpc fueron notificados sobre el hallazgo de un feto”.

Para la vecina Arelys Montes, la falta de iluminación y de vigilancia permite que las riberas del río pueden ofrecer a los jóvenes de la calle un sitio para enconcharse.

“Cada día viven más muchachos en la zona y los delitos se incrementan”. El tramo del río que está frente a la conocida parada de Cárcel Vieja, es el más peligroso. Allí se concentran los hombres y mujeres que parecen no tener un hogar fijo. Mantener las santamarías abiertas de los 23 locales comerciales que funcionan en la vía después de las 6 de la tarde es un riesgo, razón por la cual, José Morillo abre su negocio de 6 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Allí repara calzados de lunes a sábado.

Miedo

Lunes, jueves y viernes, Jesús Rodríguez llega a la avenida Cajigal, a la altura de Cárcel Vieja, a las 8 de la mañana. Allí un grupo de trabajadores resuelve un conflicto laboral en un bufete de abogados. Siempre van a la oficina en grupo, por temor a ser víctimas del hampa.

“Los antisociales están pendiente de quienes transitan por su zona y son pocos los que escapa de ser atracados”, comentó Rodríguez.

Carmen Mariño vende empanadas en el lugar desde hace 19 años. Dice que la ribera del Neverí se ha vuelto “una cueva de lobos” y asegura que si desmalezaran las orillas del río y patrullaran más la zona, los delitos diminuirían.

En tres platos

1.- Desde hace cuatro años, Amarilis Rodríguez vende dulces cerca de la parada Cárcel Vieja, ubicada en la avenida Cajigal de Barcelona. Allí ha conocido a cuatro mujeres y siete hombres que viven a orillas del río Neverí. Asegura que los ve a diario consumiendo estupefacientes y cometiendo atracos en la zona. “Muchas veces me han dicho que si los delato me arrepentiré”. Ella dice que ignorar los hechos delictivos es lo mejor que puede hacer.

2.- La plaza San Felipe está a 500 metros del río Neverí en Barcelona. Allí funcionan cuatro paradas de carritos por puesto que llevan a las personas hasta la zona rural del municipio Bolívar. Por allí también transitan los antisociales que viven en sus orillas. En esa zona la violencia está desatada, según cuenta el transportista Manuel Acosta, quien dice que en 2011 han matado a dos personas y herido a otras seis en riñas y atracos.

3.- Hasta seis robos semanales en la avenida Cagigal de Barcelona contabiliza el comerciante Rodrigo Monagas, quien tiene una floristería en el sector desde hace tres años. “No nos dejan en paz, los delincuentes viven en las orillas del río Neverí y ni la policía del estado Anzoátegui, gobernación o alcaldía de Bolívar se preocupan por sacarlos de allí”. El hombre propone que realicen un operativo para llevarlos a un centro de rehabilitación”.

Lo último

El jefe de la policía del estado Anzoátegui, comisario Manuel Ortiz, asegura que ocho motorizados patrullan la Av Cagigal de Barcelona, vía que, al parecer, es la más transitada por antisociales que viven en riberas del río Neverí. “Estudiaremos la situación para solventarla”.

Fuente: Giovanna Pellicani / El Mío // http://eltiempo.com.ve