“Muerte en Reporte Diario de la Economía” (Parte III)

Por: Leonard Cabrera - O. Martínez, “El Inquisidor”, tenía como objetivo cuando citó a Tannous Gerges para conversar sobre un atentado que planeaban en su contra, en primer lugar solicitarle dinero y en segundo lugar precisar con exactitud las características del vehículo en el que se desplazaba Gerges, para informar a quienes perpetrarían el hecho.
De no ser así, ¿Cómo sabía que se ejecutaría el atentado? ¿A caso era vidente? inexplicablemente la fiscalía del Ministerio Público nunca lo citó a declarar. Martínez alardeaba de unas supuestas cercanas relaciones con el alto mando de la DISIP en ese momento y así fue como se dio a conocer en “Reporte Diario de la Economía”. También decía ser muy cercano a un ex Director de Inteligencia Financiera de la policía política. Después de cometido el crimen de Pierre Gerges, los hermanos Ramírez estuvieron estudiando la posibilidad de atribuirle la autoría a otro columnista del mismo periódico. Todo con la intención de dejar de ser sospechosos también por la autoría intelectual.
Otro cabo suelto es la desaparición del empresario Nelson Ramiz, a pesar de haber suscrito un compromiso de venta de Aeropostal con Tannous Gerges. Se pactó por la transacción un precio de 120 millones de dólares. La inicial sería de 40 millones de dólares, con lo que quedaría cerrado el negocio. El dinero restante sería a través de un financiamiento realizado mediante BANCOEX y de contactos en la agencia de esa institución en Altamira. Entre los intermediarios figuraba Jorge Rojas, miembro de la junta directiva del banco.
Después que el periódico se enfrenta a los Makled públicamente, quienes fueron sus clientes, y al observar las fatales consecuencias, Ramiz se desapareció como por arte de magia. Rojas decía tener “línea directa” con un ministro, que atravesaba mejores momentos y parecía interesado en participar en el negocio de la línea aérea.
Desde hace mucho tiempo “Reporte Diario de la Economía” estaba infiltrado. Sus enemigos y adversarios conocían mucho de lo que se hacía y hablaba dentro del periódico. Leocenis tenía las claves de los correos electrónicos y podía observar bastante de lo que ocurría en el medio impreso.
En esos mismos días la periodista Sebastiana Barraez (Semanario Quinto Día) denunció a Leocenis ante la Fiscalía Superior de Caracas, luego que éste supuestamente la amenazara.
En una siguiente entrega haremos referencia a una explosiva declaración ante el Ministerio Público donde salen a relucir los nombres de varios personajes.