domingo, 9 de mayo de 2010

La "coima" argentina

Desde que Guido Antonini Wilson aterrizó en Buenos Aires con una maleta pequeña, de colores gris y azul, y llena de 800.000 dólares, el escándalo ha caracterizado las relaciones bilaterales de los gobiernos de Argentina y Venezuela.
Nuevas y viejas denuncias ahora vuelven al ruedo, en medio del testimonio de un ex embajador argentino, que acusa sobornos en los convenios bilaterales de ambos países.

Se trata de "una operación política", desestimó el martes el presidente de la República, Hugo Chávez. "Buscan manchar las relaciones bilaterales", dijo precisamente desde Argentina, en una visita por la cumbre de Unasur. Varios voceros del gabinete de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner también rechazaron las mismas denuncias. El misnistro de Planificación, Julio De Vido, dijo en declaraciones a la prensa de su país, que ninguno de los dos gobiernos cobraron comisiones. De cualquier manera, una corte federal de Buenos Aires investiga este nuevo escándalo.

Los presidentes de ambos gobiernos firmaron el pasado 20 de abril 25 nuevos acuerdos comerciales, que garantizan contratos de construcción e intercambio de petróleo y otros combustibles, por bienes de consumo masivo, agrícolas y tecnológicos. Ese mismo día, el ex embajador argentino, Eduardo Sadous, dijo que fue testigo de una red de funcionarios que tenían la potestad de otorgar los contratos firmados con Venezuela, mediante acuerdos bilaterales.

Mientras Chávez firmaba en el palacio de Miraflores nuevos convenios con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el ex diplomático acudía a una corte federal de Buenos Aires para denunciar negocios turbios entre funcionarios y empresarios de ambos países.

Como si se tratara de un tango, Caracas y Buenos Aires bailan tan pegado, que entre los años 2004 y 2008 ha habido un intercambio comercial que suma 4.476 millones de dólares. Según las cifras que publica el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina, Venezuela exportó 123,37 millones de dólares al sur del continente e importó, en el mismo período de tiempo, 4.353,1 millones de dólares.

¿A dónde fue tanto dinero? No existe organismo del gobierno nacional que precise detalles sobre cada uno de los proyectos y convenios firmados; si algo caracteriza a los negocios de ambos países es la poca información que hay alrededor de ellos. En los últimos años han salido nuemerosos casos con denuncias de corrupción similares. Ocho de ellas encierran contratos asignados a dedo y sin licitación, transferencias de dinero sin registros fiscales y, sobre todo, personajes, domicilios y oficinas en común.

En la Fiscalía y la Contraloría General de la República informaron esta semana que no han abierto investigaciones por la denuncia del ex embajador argentino. La Cámara de Comercio Venezolano-Argentina prefiere, por su parte, no declarar sobre el tema. En sus oficinas advirtieron que están sorprendidos con respecto al caso de las llamadas coimas. Destacan, por lo pronto, el valor de las relaciones comerciales y culturales, que han fomentado entre los dos países a lo largo de los últimos 36 años.

Es evidente que esas relaciones se han estrechado en los últimos tiempos. Lo dicen los abrazos de Chávez y Fernández, y lo recalcan los números: los casi 434 millones de dólares que Venezuela importó en 2004 desde el cono sur, aumentaron más de tres veces en 2008, hasta 1.417 millones.

Las fricciones con Colombia abrieron puertas en otros puntos de la región. Tanto así que el gobierno argentino asistió el año pasado a una rueda de negocios en Caracas, con más de 70 empresarios que ofrecieron productos que van desde champú y lápices labiales, hasta vehículos y maquinarias agrícolas.

El entonces ministro de Comercio, Eduardo Samán, defendió en ese momento los lazos que unen al Palacio de Miraflores con la Casa Rosada. Aseguró en marzo del año pasado que a pesar de la distancia, las compras en Argentina resultaban mejor: "Estamos hablando de productos bien baratos y de alta calidad, además los fletes por barco son más baratos que los fletes por carretera de Colombia. Se planificarán los pedidos y llegarán mensualmente y se tramitarán a través de compras del Estado".

Los sobornos y las comisiones
El ex embajador argentino en Venezuela, Eduardo Sadous, denunció el pasado 20 de abril una red de extorsión que pedía comisiones de entre 15% y 20%, para abrir la puerta de los intercambios comerciales que el Gobierno nacional ofreció mediante acuerdos bilaterales.

Aunque la oposición argentina ya había advertido en 2008 sobre sobornos, la declaración de Sadous reventó el caso de las llamadas coimas, a cargo del juez federal Julián Ercolini. Desde su despacho, el proceso legal deberá probar o desmentir una serie de documentos y testimonios, que acusan a las firmas Palmat y Madero Trading como alcabalas, donde se seleccionaron las compañías argentinas que contrataron con el gobierno del presidente Hugo Chávez.

En la Fiscalía y la Contraloría General de la República confirman que no han abierto investigaciones sobre el tema. En Buenos Aires, sin embargo, las denuncias cargan contra dos fichas importantes de los presidentes Néstor y Cristina Kirchner: Julio De Vido y Claudio Uberti.

La hipoteca del aluminio
Justo en momentos en que la prensa argentina señala a Roberto Wellisch como uno de los responsables de los supuestos sobornos instrumentados a través de la firma Palmat, los sindicatos del sur del país cargan contra Glencore, cuya representación en Venezuela está precisamente a cargo del mismo ciudadano argentino de apellido Wellisch.

Trabajadores de cuatro empresas estatales de aluminio protestaron esta semana en el estado Bolívar, por reivindicaciones salariales y lo que consideran la hipoteca de las industrias básicas a la trasnacional Glencore.

"Nos preocupa el monopolio y los presuntos sobreprecios que pueda haber en estos negociados", declaró el dirigente sindical José Luis Morocoima al diario El Guayanés, luego de reclamar el hecho de que Glencore esté cobrando 60 dólares por cada tonelada de bauxita, cuando en Los Pijiguaos está tasado en 50. "No sabemos qué hicieron con el dinero de las ventas a futuro, porque las plantas se están cayendo por abandono absoluto. ¿Dónde están los reales?", se preguntó.

El dudoso fideicomiso
En la misma denuncia sobre sobornos y comisiones, el ex embajador argentino en Venezuela durante los años 2002 y 2005, Eduardo Sadous, aseguró que durante su gestión descubrió un faltante de 90 millones de dólares en un fideicomiso manejado por los gobiernos de ambos países.

"Sadous había firmado un duro cable que hablaba de 'corrupción' en el gobierno de Chávez y denunciaba la desaparición de 90 millones de dólares del fideicomiso", resumió La Nación de Argentina en su edición del pasado 27 de abril. "La maniobra habría consistido en sacar ilegalmente los fondos, venderlos en el mercado negro del dólar, recomprarlos en el oficial y quedarse con 13 millones de dólares".

El fiscal del caso, Gerardo Pollicita, solicitó informes sobre unas cuentas bancarias a nombre de "Bandes Fideicomiso" -aparentemente vinculada al Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela- que primero funcionó en los bancos UBS-Stanford y JP Morgan, de Nueva York, y ahora en una entidad francesa.

El costo de Macagua
La empresa argentina Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa) se hizo cargo del proyecto de repotenciación de la central hidroeléctrica Macagua I en un proceso sin licitación, del que no queda claro el monto definitivo de la obra.

Aunque el contrato se cerró a un precio de 223,5 millones de dólares, la página web de la Corporación Eléctrica Nacional totaliza un presupuesto de 324,9 millones. Impsa respondió esta semana garantizando transparencia y dejando claro que el proyecto no formó parte de un fideicomiso binacional. Una carta de la misma empresa, dirigida el 19 de agosto de 2004 al embajador venezolano Freddy Balzán, señala -sin embargo- que la rehabilitación fue financiada "mediante un fideicomiso disponible por la venta de combustible a nuestro país (Argentina) disponiendo de los fondos necesarios para la obra que está en el orden de los US$ 142.000.000".

"Alguien está mintiendo", concluye el ex viceministro de Energía, Víctor Poleo. Sea la cifra que sea, igual lamenta que tanto dinero haya sido destinado a lo que considera "un proyecto inútil de 360 megavatios".

La célebre maleta
Guido Antonini Wilson apareció el 4 de marzo de 2007 en Buenos Aires con una maleta cargada de casi 800.000 dólares. El hecho descubrió una red de funcionarios de ambos países que entregaban y recibían altas sumas de dinero, sin ningún tipo de registro fiscal.

Tras el escándalo de los primeros días, el gordo Antonini apareció en Miami colaborando con los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Los medios advirtieron entonces que además de los 800.000 dólares de la famosa "valija", hubo otros 4,2 millones que viajaron a Buenos Aires en el mismo vuelo. El fiscal Thomas Mulvihill dijo en una de las primeras audiencias del caso que "el dinero iba para la campaña de Cristina Fernández" y semanas después, el tribunal de la jueza Joan Lenard mostró las grabaciones.

"Si Cristina no gana te van a pegar duro", le dijo el acusado Franklin Durán a Antonini en uno de esos diálogos. El presidente Chávez se enojó con funcionarios de Pdvsa y el argentino Claudio Uberti, según otra de las grabaciones.


Las contradicciones del fuel oil
Ocho ex ministros argentinos de Energía cuestionaron la importación de combustible venezolano para las centrales térmicas de su país. Se preguntan por qué el gobierno argentino adquiere fuel oil de Pdvsa a un precio mayor que el que su industria ofrece en el exterior, y en momentos en que la demanda interna de su país está satisfecha.

"En un primer análisis no surgen razones que avalen una situación en la cual el mismo producto se vende masivamente a un valor menor y al mismo tiempo se compra a un valor mayor", coincidieron en una carta dirigida el pasado 15 abril al titular actual de la cartera de Energía, Daniel Cameron.

El documento también critica a Enarsa, la empresa estatal petrolera de Argentina, porque "no procede a adquirir el fuel oil mediante un proceso abierto y competitivo". Agrega que ese combustible de Pdvsa es de peor calidad, por lo que además de hablar de un gasto innecesario, censuran al gobierno de su país por haber postergado el plazo para exigir combustibles menos contaminantes.

Los superbonos del sur
Venezuela adquirió más de 5.600 millones de dólares en bonos de la deuda pública argentina a una tasa oficial de 2.150 bolívares de los de antes y, sin licitación, los revendió a terceros que -de acuerdo con el economista José Ochoa- ganaron porcentajes que van desde 30 hasta 200%.

"El robo del siglo", denunció Teodoro Petkoff en mayo de 2008 y si no es así, Ochoa al menos cree que esos bonos y las notas estructuradas que ofrecían papeles de países como Bolivia y Ecuador, lucraron a personas particulares por cuenta de la casa: "Las reservas internacionales, tan escasas en el país, han venido menguándose porque esas operaciones financiaron la fuga de capitales y el enriquecimiento de un pequeño grupo como la 'Boliburguesía'".

En el Gobierno justificaron, aun así, haberse saltado las licitaciones. "Cuando se va a la subasta, se abre un abanico de posibilidades en las que no se controla el precio que se colocará en el instrumento", dijo Rafael Isea el 29 de abril de 2008, cuando era ministro de Finanzas.

La leche de Sancor
El presidente de la República, Hugo Chávez se comprometió en diciembre de 2006 a destinar 135 millones de dólares a Argentina, para salvar de la quiebra al grupo de cooperativas lácteas Sancor. El acuerdo garantizaba a Venezuela como el principal consumidor de esa empresa; la condición era proveer 15 millones de toneladas de leche en polvo durante cada uno de los 12 años siguientes.

Aunque el Ministerio de Alimentación no precisa las cifras, algunos de sus voceros señalan puertas adentro que Sancor no ha cumplido la meta de todos los años: en 2008 enviaron poco más de 3.000 toneladas de leche en polvo, mientras que el año pasado sumaron envíos de 7.000.

Los productores venezolanos lamentaron en 2006 que el Gobierno privilegiara al sector agropecuario argentino. En nombre de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela, Genaro Méndez recordó que el mismo monto hubiera alcanzado para recuperar 20 empresas productoras, pasteurizadoras y pulverizadoras, que enfrentaban las mismas dificultades dentro del territorio nacional.

Fuente: Joseph Poliszuk - jpoliszuk@eluniversal.com - http://www.eluniversal.com

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