“La Administración de Estados Unidos observa con creciente preocupación el deterioro de la situación humanitaria y de derechos humanos en Venezuela”, apuntó Fahmy. Washington quiere apoyarse en la “relación especial entre España y Venezuela” para intentar que la UE se sume de alguna forma a su programa.
“Cuando actuamos solos, solamente podemos actuar bajo nuestra jurisdicción, pero si las sanciones están apoyadas por socios, son más efectivas”, explicó en un encuentro con periodistas, donde recordó que Bruselas no mantiene ningún tipo de sanciones sobre el país caribeño.
EE UU ha actuado contra una veintena de personas y entidades venezolanas, entre ellas ocho miembros del Tribunal Supremo, a los que ha congelado sus bienes y les ha prohibido su entrada en aquel país. “No queremos hacer daño al pueblo venezolano”, insistió Fahmy. Pese a la retórica diplomática, Washington evita a toda costa que la condena al régimen de Nicolás Maduro afecte a sus estrechas relaciones económicas. EE UU es el primer comprador de petróleo venezolano y Goldman Sachs acordó recientemente la compra de bonos de la petrolera estatal Pdvsa por 865 millones de dólares (758 millones de euros), una operación que alivió los problemas de liquidez del régimen.
Fuente: Alicia González - https://internacional.elpais.com
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