domingo, 1 de febrero de 2015

Ministro Jaua: Nuestra lucha contra la corrupción ha sido ineficiente

Elías Jaua es un cuadro fundamental del chavismo en el poder. Ha ocupado posiciones de Estado clave.

Es esencialmente un dirigente político. Si le tocase escoger entre el activismo partidista y ser ministro, no vacilaría en optar por el partido. Pero considera compatibles ambas funciones, aunque deba dedicarles “más que tiempo completo” y asumir una gran carga física y mental.

Fue en Agricultura y Tierras donde se sintió más a gusto y productivo, pues bajo su gestión se habrían roto récords históricos en el cultivo de maíz, arroz, café y otros rubros. Al preguntarle si las expropiaciones de tierras no están en el origen de la actual crisis alimentaria, afirma que ese es un mito. Reconoce solo dos expropiaciones y tilda el resto como rescates de tierras ilegalmente ocupadas. “Pero en ningún caso expropiamos ni actuamos sobre fundos productivos”, asegura.

Sus nuevos afanes ministeriales apuntan ahora a fortalecer el llamado poder popular, el cual cuenta con 931 comunas y 44.149 consejos comunales. Todas las comunas tienen banco y parlamento comunal, comité ejecutivo y comisión de contraloría y, al menos, 600 ya habrían recibido financiamiento. Su meta: tres mil comunas para 2018.

No ve, desde su despacho en la avenida Nueva Granada, que la caída de los ingresos petroleros represente un riesgo para las comunas y los consejos comunales, a cuyos proyectos se otorgarán este año unos tres mil millones de bolívares.

Los peligros que sí aprecia son para el país y los atribuye a ciertos factores de oposición que, según su visión, estarían comprometidos en planes antidemocráticos y violentos.

Ve también que sobre su persona subsisten amenazas provenientes de poderes fácticos a los cuales se ha enfrentado, lo mismo que de agencias extranjeras de inteligencia.

Es por eso que desde 2010 tiene restricciones de seguridad para viajar en vuelos comerciales. “Nuestros servicios de inteligencia dieron información sobre la posibilidad de siembra de drogas en mi equipaje”, revela.

¿Hay en el chavismo quienes apuesten al fracaso del presidente Maduro?

Serían unos insensatos. No hay nadie que pueda sobrevivir a un fracaso del gobierno del presidente Maduro.

¿Sospecha que exista ese tipo de gente?

En la dirección política nacional no las hay. Los principales cuadros de la revolución tienen plena conciencia de la importancia de apoyar la gestión del presidente Maduro, primero porque lo designó Chávez y segundo porque se lo ha ganado con su trabajo, con su lealtad a lo largo de estos dos años.

¿A quiénes en la oposición reconoce la condición de demócratas y a quiénes jamás reconocería como tales?

En la oposición hay sectores con conductas democráticas, pero están chantajeados por sectores antidemocráticos y fascistas. La principal amenaza a la democracia y a la paz de los venezolanos es la agrupación fascista Voluntad Popular y todo lo que detrás de ella se desenvuelve.

¿Le resulta más cómodo confrontar que dialogar con sus adversarios?

La política democrática tiene que tener confrontación, diálogo, disenso y acuerdo. Es una complementariedad. No comparto esa idea de que en una democracia no debe haber confrontación sino consenso. Creo que más bien los consensos pertenecen a las dictaduras.

¿La idea del consenso le genera urticaria al chavismo?

No. Creemos en una concepción de la democracia. El consenso remite a algo que fue nefasto para los venezolanos, es el pacto de unas élites que se acuerdan y logran consenso para eliminar las prestaciones sociales y privatizar las industrias básicas. Nosotros no creemos en ese modelo. La democracia participativa y protagónica la decide el pueblo en elecciones.

¿El gobierno no aspira a un consenso para aumentar la gasolina?

Lo que aspiramos es a la comprensión de la necesidad de corregir una brecha insostenible para la industria petrolera nacional, que además ha derivado en una gran tergiversación que es el contrabando de extracción hacia los países vecinos.

INEFICIENCIA Y GUERRA ECONÓMICA

¿La escasez de bienes producidos y distribuidos por el Estado es consecuencia de una burocracia ineficiente o de una guerra económica al interior de las empresas públicas?

De las dos cosas, sin duda.

¿Y quién aplica una guerra económica dentro de las empresas públicas?


La cooptación de funcionarios mediante el soborno, la corrupción, para que participen de la sustracción de los productos del sistema de distribución pública hacia el contrabando de extracción o el mercado informal. Y hay también elementos de burocracia, de desidia, de ausencia de conciencia en el manejo de bienes que deberían ser sagrados porque son para el pueblo venezolano.

¿Siempre es un factor exógeno el que corrompe a funcionarios? ¿No hay corruptos dentro?

Todo corrupto es traidor o susceptible de ser traidor a un proyecto, a un pueblo. Toda esta red que se ha armado para extraer los productos de la red pública y privada ha comprado y captado en los supermercados del Estado desde humildes trabajadores hasta gerentes. Y sin negar que también existen dentro estructuras que trabajan para la corrupción, la ineficacia, frente a las cuales damos un combate permanente.

¿Fue un error del gobierno no haber ahorrado en tiempos de las vacas gordas?

Claro que sí ahorramos. Si no, no hubiésemos podido resistir esta caída de los precios del petróleo. El Fonden y el Fondo Chino-Venezolano son mecanismos de previsión que Chávez tomó para salvaguardar la inversión frente a cualquier circunstancia, que es lo que nos permite hoy acometer un plan de inversiones como el que anunciamos esta semana.

¿Y por qué, si tenemos suficientes ahorros, acabamos de ver al Presidente buscando recursos en un periplo internacional?

Porque estamos preparándonos para escenarios más complejos que pueda haber en materia de la caída de los precios de petróleo. Hay que tomar las previsiones porque los ahorros se gastan, sobre todo si el ingreso merma.

LUCHA ARMADA

El gobierno invita a la ciudadanía a desarmarse y a confiar en los cuerpos de seguridad. ¿Cómo se justifica que usted mantenga un revólver para uso personal?

Sí, tenía un revólver legalmente acreditado, que además nunca porto en la calle. Estaba en un maletín donde guardo mis documentos, es un arma personal y ni siquiera había pensado en entregarlo, pero no tendría problema en hacerlo, a pesar de que sobre mí hay amenazas. Yo no hago drama de eso, pero me he enfrentado a poderes fácticos reales, terratenientes, trasnacionales, servicios de inteligencia extranjeros, y tendría derecho a estar armado para defenderme. Esa arma fue incautada en Río de Janeiro y no me fue devuelta.

¿Y la sustituyó o piensa sustituirla por otra?

Dios quiera que no haga falta nunca.

¿La llamada violencia revolucionaria es opción para alguna coyuntura venezolana o el chavismo la ha desechado para siempre?

Lamentablemente, la lucha armada para defender una idea, unas conquistas, un proyecto que apoya la mayoría de un pueblo, nunca está descartada para una revolución y un país amenazado como el nuestro. Hemos hecho todos los esfuerzos a lo largo de 15 años para evitarla.

¿Ese razonamiento no justificaría también la lucha armada por parte de sectores opositores?

No, porque no hay condiciones en Venezuela para oponerse de manera armada a un gobierno democrático, que permite las más amplias libertades de asociación, de movilización, hasta de conspiración. Aquí se ha conspirado impunemente en estos 15 años. Hay conspiradores de oficio perdonados una y otra vez que son gobernadores, diputados, tienen partidos políticos. Entonces, ¿qué razón tienen para buscar la opción armada?


LA EXPULSIÓN DE BR

¿Es cierto que salió de Bandera Roja en rechazo al golpe de Estado que ese partido tramaba con el entonces teniente coronel Hugo Chávez?

Fue en rechazo a ellos. En agosto de 1991 hubo un congreso de BR y desde el regional de Caracas iniciamos fuertes críticas a la dirección nacional por su visión de la política y sus métodos de dirección. En octubre, esta informa al regional que va a haber un golpe de Estado en el que vamos a participar. Intentamos indagar el perfil de ese golpe de Estado, de esos militares, de ese movimiento militar, y nos dicen que eso no se discute, que es una decisión, que según los estatutos el partido entra bajo la disciplina de una operación militar. El golpe, que era el 10 de diciembre, no se produjo por razones que los comandantes del 4 de febrero explicaron posteriormente. Entonces, planteamos que para poner nuestras fuerzas al servicio de ese movimiento militar teníamos que poner a uno de nuestros jefes, Daniel Hernández, a conversar directamente con los militares. Así que fuimos expulsados por violar la disciplina militar y acusados de ser una tendencia reformista y pequeñoburguesa dentro del partido.

¿No confiaban en la dirección del partido?

No aceptábamos exponernos y exponer a nuestros cuadros a un movimiento militar cuyas características no conocíamos. Y mucho menos confiábamos en personas con las que teníamos graves diferencias y que ahora, aún proclamándose marxistas-leninistas, están del lado de las clases explotadoras y de quienes ordenaron tantas masacres contra el pueblo y contra militantes de nuestra organización.

Después del 4-F, al conocer a Chávez por TV, ¿se arrepintió de esa postura?

No, porque nunca pude tener un juicio sobre Chávez, ya que no lo conocía. Nuestro juicio era sobre nuestra dirección. No confiábamos en ella y con quién pudieran estar contactándose. Nunca tuvimos conocimiento del carácter del movimiento militar. Después del 4-F, empezamos a coordinar con compañeros de la Liga Socialista y de Desobediencia nuestra participación el 27 de noviembre.

MIRANDA

¿Se proponen revocar al gobernador Henrique Capriles?

Hay mucha gente dentro del chavismo que aspira a eso. Incluso Podemos hace las gestiones. Razones hay para revocarlo por abandono de sus competencias, pero en el Psuv no es nuestra prioridad en este momento.

¿Desde ya se ve como el próximo gobernador de Miranda?

No, chico. Yo cumplo tareas que son útiles para la revolución. No hago carrera ni política aspiracionista. Ser candidato a esa gobernación fue una tarea que me pidió Chávez.

¿Y si Maduro se lo pide?

Si el presidente Maduro y la dirección política me lo piden, sí lo haría. Y si me dicen que va otro compañero, apoyaría al otro compañero.
¿Antes la capucha era revolucionaria y ahora es contrarrevolucionaria?
La capucha es un instrumento de protección. Lo fue frente a la persecución y el allanamiento sistemático que se hacían contra los dirigentes estudiantiles. Yo reivindico las luchas y los motivos por los cuales luchaba. De eso no me arrepentiré nunca.
¿Le molestaba que Chávez lo ensalzara como encapuchado?
No, para nada. Uno no puede arrepentirse de lo que ha hecho, lo cual es parte del problema de la oposición, que nunca está, que nunca fue… Yo sí me encapuché. Yo sí lo fui. Porque enfrentábamos a un régimen violador de los derechos humanos, los allanamientos, la desaparición, la tortura, el encarcelamiento arbitrario de dirigentes estudiantiles que reclamábamos por la gratuidad de la educación, porque no se vendiera Pdvsa, porque no se masacrara a los campesinos de Yaracuy, a los indígenas de la Goajira y a los yukpas…

¿Qué siente hoy cuando ve encapuchado a un joven opositor?
No me gusta porque nosotros luchamos para que ningún otro joven tuviera que hacer eso, y si hay jóvenes que se encapuchan, es un motivo de preocupación, de que algo estamos haciendo mal y que algo tenemos que corregir. Y no solo en lo que podamos haber errado, en algún malestar objetivo que puedan tener esos jóvenes, sino también en que no hemos logrado comunicarles que este proceso revolucionario es precisamente para que ellos no tengan que encapucharse.

Una autocrítica

Nuestra lucha contra la corrupción interna ha sido insuficiente e ineficiente, lo cual ha generado mucha impunidad. Además, hemos sido muy tolerantes frente a la conspiración. Ha habido mucho dolor, mucha muerte que hubiese podido evitarse si hubiésemos actuado contra quienes han escogido el camino de la violencia irracional.

PERFIL
*Nació en Caucagua el 17 de diciembre de 1969

*Hijo de la educadora Elba Milano y del ex dirigente y parlamentario copeyano Carlos José Jaua

*Está casado con Natacha Castillo y tiene dos hijas: Natalia, de 12 años, y Abril, de 2.

*Sociólogo egresado de la UCV en 1995

*Cargos ejercidos Constituyente, vicepresidente del Congresillo, ministro de la Secretaria, presidente del Fides, ministro de Economía Popular, ministro de Agricultura y Tierras, vicepresidente ejecutivo y canciller

*Cargos actuales Vicepresidente del Psuv para la Región Capital, vicepresidente para el Socialismo Territorial, ministro de las Comunas y los Movimientos Sociales, presidente de Corpomiranda.

Fuente: Mario Villegas - http://www.ultimasnoticias.com.ve

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