viernes, 25 de febrero de 2011

Dinero del fondo de pensiones de Pdvsa está atrapado en Inverunión

El banco donde quedaron retenidos los recursos del fondo de pensiones de Pdvsa fue uno de los que cayó en la minicrisis financiera: Inverunión, cuando la entidad estaba presidida y gerenciada por Gonzalo Tirado.
Inverunión fue intervenido el 19 de enero del año pasado, junto a Banco del Sol y Mi Casa, entidad de ahorro que también era propiedad de Tirado.

Cuatro meses después, la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (antes Sudeban) dispuso la liquidación de esta entidad bancaria donde estaba el dinero del fondo de pensiones. La decisión se debió a la insolvencia del banco.

El proceso de solicitud de acreencias lo inició Fogade el 15 de octubre de 2010, y culminó el pasado 15 de noviembre.

En ese plazo todo el que quedó con alguna deuda pendiente con este banco podía formalizar su petición. Incluso por este fondo de pensiones que hoy reclaman sus dolientes.

La Asociación de Jubilados de la Industria Petrolera (Ajip) está exigiendo a la directiva de Petróleos de Venezuela hacer los esfuerzos necesarios para recuperar las inversiones atrapadas tanto en el banco Inverunión, liquidado, como en acciones de la cementera Cemex, estatizada, tras verse afectados gravemente los resultados financieros de la institución de trabajadores, tanto en 2008 como en 2009.

Según un informe obtenido por El Mundo Economía y Negocios, las pérdidas por las colocaciones a plazo fijo que la asociación mantenía en Inverunión ascendieron a Bs.F. 173,2 millones al cierre del ejercicio 2009. Hay que acotar que esta entidad bancaria propiedad del banquero, ahora prófugo de la justicia venezolana, Gonzalo Tirado, fue intervenida en 2010.

Igualmente, los jubilados petroleros señalan que hubo una pérdida de Bs.F. 5, 2 millones por la estatización de la cementera Cemex, donde la Ajip tenía un paquete accionario.

Dichas inversiones financieras derivaron en pérdidas generales cargadas a los resultados del fondo de pensiones por las cantidades de Bs.F. 331 millones en 2009, y Bs.F. 520, millones en 2008.

Estos datos revelan que las colocaciones en Inverunión debían representar un porcentaje muy alto de las inversiones financieras del fondo; sin embargo, en el documento obtenido por Emen no se refleja el monto exacto de las colocaciones en la entidad intervenida, sino las pérdidas asentadas en balance.

Tampoco queda claro en el informe, cuántas acciones de Cemex mantenía en su poder la asociación de jubilados de Pdvsa.

El documento apunta que "estas pérdidas afectaron notablemente los rendimientos de esos años y por ende la capacidad de distribución de ganancias a los beneficiarios de APJ PDV."

De no haber ocurrido dichas pérdidas, los rendimientos financieros equivalentes hubiesen sido de 13,2% en 2009 y 15,5% en 2008, permitiendo la distribución de ganancias en forma de aumentos de pensión o a través del pago de una bonificación única".

En las conclusiones del informe se establece que es necesario hacer todo lo posible para recuperar estas pérdidas porque no pueden ser atribuibles a un riesgo normal de mercado.

Una fuente consultada, ligada al tema, señaló que las inversiones hechas en Inverunión representaron un riesgo muy elevado para la asociación de jubilados, debido a que se trataba de un banco con conocidos problemas de solvencia y sin una estructura muy clara de capitalización.

En opinión de este informante, debería investigarse por qué se realizaron estas inversiones, y las justificaciones que los administradores tuvieron para hacerlas.

Aparte de la reposición de las pérdidas por las colocaciones financieras en Inverunión, los jubilados petroleros solicitan el reconocimiento de intereses pendientes por cobrar por estas inversiones que ascienden a Bs.F. 5, 3 millones.

No obstante, estos intereses pendientes no aparecen debidamente reflejados en los estados financieros de 2009, aunque se mencionan en una nota de los auditores externos.

Las pérdidas de los ejercicios 2008 y 2009 fueron compensadas con ganancias financieras provenientes de la compraventa de títulos valores no especificados, y por la venta de bonos de la deuda pública nacional.

Sin embargo, el mismo documento señala que hubo poca explicación sobre la calidad de los activos que conformaban el portafolio de inversiones del fondo en los ejercicios financieros señalados.

Imprecisiones

De acuerdo con el informe obtenido, sobre los estados financieros de la Ajip, los balances muestran algunas imprecisiones que merecen destacarse.

Por ejemplo, no queda claro si los Bs.F. 4,1 millones en reservas actuariales están debidamente auditados, ni tampoco se hace referencia a si estas reservas incluyen los fondos correspondientes a las jubilaciones otorgadas en el plan de jubilación aprobado en el año 2000, que creó las cuentas de capitalización individual.

En resumen, no se sabe, ni cómo se hizo, ni quién ha estado a cargo de la administración de este plan de jubilaciones.

Igualmente, llama la atención de los jubilados el monto de las ganancias retenidas entre 2007 y 2009, el cual asciende a Bs.F. 353,2 millones. Según el informe citado, si esos recursos se hubiesen distribuido oportunamente se habría podido obtener una mejora importante en los montos de las pensiones de los jubilados.

Tampoco existe una explicación clara de por qué se retienen estos rendimientos, ni sobre el destino final de estos recursos, ya que no consta en los balances si fueron reinvertidos en activos físicos o financieros.

La Ajip ha insistido en la necesidad de cambiar esta política de retención de ganancias que perjudica claramente a sus afiliados, pero que además tampoco tiene una justificación financiera clara, salvo la de mejorar artificialmente los resultados administrativos del fondo de pensiones.

Por ejemplo, en el año 2009 había un saldo de utilidades retenidas del año anterior de 97.669.042 bolívares fuertes que representan 32,2% del total acumulado al final del año 2009.

La situación en 2008 fue aún peor porque las ganancias retenidas del año precedente, que ascendieron a Bs.F. 138,2 millones representaron 60,9% de las ganancias totales acumuladas al cierre de ese ejercicio fiscal.

Estos reclamos entran en escena, justamente en el momento en que los jubilados esperan respuesta de los 53 millones de dólares que le fueron congelados al banquero, Francisco Illaramendi en los Estados Unidos, y que forman parte del fondo de pensiones de los trabajadores petroleros.

La Securities Exchange Commission, órgano encargado de regular las operaciones del mercado financiero norteamericano, solicitó a la Corte del Distrito de Connecticut, de ese país, retener a Illaramendi esos recursos, tras un desvío que hiciera el banquero a empresas de su propiedad.

Fuente: Carjuan Cruz // Erika Hidalgo López // http://www.elmundo.com.ve

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