Decepción en Guayana

María Cristina Iglesias fue la que se quedó discutiendo y regañando a los pesuvistas díscolos que en plena "cadena" inquirieron a Chávez por el reclamo salarial con cuatro años de atraso y por la designación como repitiente de un presidente de empresa que había sido rechazado en la consulta con las "mesas socialistas".
"No puede ser que ustedes hayan planteado esas cosas a Chávez... ya les habíamos dicho que lo de hoy era solamente para designar los nuevos presidentes de las empresas y que había que respetar lo que dijera el comandante", le reclamaba a viva voz la ministra al activista sindical de Venalum, quien pese a su militancia con el PSUV se atrevió a reclamar lo que miles de trabajadores a quienes excluyeron del evento, esperaban: las enormes deudas laborales, la violación de los contratos colectivos y cuatro años sin aumentos puesto que los contratos están vencidos.

Todo ocurría instantes después que se apagaran las cámaras y los micrófonos bajo los toldos. Chávez, entre tanto, sin ocultar su disgusto por no haber logrado un acto aclamacionista, salió presuroso por un lateral, justo "por la derecha", rodeado por una muralla humana de militares y guardaespaldas, sin hablar con nadie. Él mismo había puesto fin al acto y a la cadena de radio y TV tras responder irritado al trabajador que "yo no vine a discutir aumentos de salarios ni problemas puntuales. Se acabó la cadena".


VOCES CRÍTICAS
"No voy a esconder mi disgusto", expresó Manuel Díaz, presidente del sindicato de profesionales de Venalum (Sutrapuval) y militantes del PSUV.

"Me pareció una gran falta de respeto esa respuesta del Presidente porque nosotros no estamos pidiendo que nos regalen nada sino que nos paguen lo que nos deben, lo que no nos han cancelado de los contratos vigentes, como es el caso de los aumentos por evaluación y que se nos dé respuesta a los contratos ya vencidos".

Díaz, aunque admite que en Venalum no hubo consulta con los trabajadores, "sino unas firmas que recogieron la gente de las Mesas", está satisfecho con el cambio de Presidente de la empresa "porque al menos Rada (Gamluch, ingeniero y ex director laboral) conoce la empresa. Ojalá le den los recursos".

El dirigente insiste en una denuncia previa: "El Mibam, en los últimos meses de la gestión de Sanz se apropió de las exportaciones de Venalum. Nuestros cálculos indican que en la cuenta de un banco ruso ingresaron US$ 500 millones y nadie rinde cuentas de eso". El ex ministro Rodolfo Sanz, sin embargo, había afirmado una y otra vez que "todo lo que yo hago es bajo instrucciones precisas y directas de Chávez".


MOLESTOS EN BAUXILUM
La confirmación del presidente de Carbonorca, Juan José Méndez, pese a obtener apenas 10% de los votos de los trabajadores consultados es motivo de molestia. Una asamblea de trabajadores exigió hacer un referéndum. Incluso dentro del chavismo ­como se observó en la cadena­ hubo disgusto ya que la trabajadora que habló increpando a Chávez por esa designación es una conocida activista del PSUV.

Para Emilio Campos, secretario general del sindicato, quien no es oficialista, el problema es serio porque "Méndez siempre ha sido acérrimo contra el sindicato. Incluso se ha negado siempre a dialogar y a cumplir con el contrato colectivo". Además Campos rechaza que no se presenten soluciones en cuanto a las inversiones, que el Presidente pretenda que ellos no tienen derecho a cobrar sus pasivos laborales.

En Bauxilum también hay irritación. El Presidente designado "por los trabajadores", a decir de Chávez, perdió ampliamente la consulta. Sin embargo, a José Luís Morocoima, secretario general del sindicato, sin militancia política pero a quien los chavistas califican de "escuálido", eso no es lo que más preocupa, "porque en definitiva designar al presidente de la empresa es potestad del Gobierno y al menos China (José) es trabajador de aquí, no como el que antes nos impusieron Sanz y el propio Chávez".

Los trabajadores hicieron una masiva asamblea en el portón y Morocoima consultó si estaban dispuestos a aprobar la solicitud de Chávez de renunciar a lo que el Gobierno les adeuda obteniendo un rotundo NO.

Los trabajadores también rechazaron los convenios leoninos de venta a futuro y que el Gobierno no responda por deudas de 4 años que tiene Alcasa con Bauxilum. En Alcasa se hizo una asamblea este martes en la mañana, convocada por el Mibam, para presentar a todos los presidentes de las empresas.

La indiferencia y el silencio reinó, especialmente cuando el nuevo presidente Elio Sayago, se dedicó a hablar de "socialismo y tareas históricas de la clase obrera contra el imperialismo" en lugar de atender a la severa crisis de la empresa.

José Gil secretario general del sindicato, diputado a la AN, dirigente principal del M-21 dentro del PSUV, aliado del general Rangel Gómez, señaló que "aspiramos recuperar las empresas bajo un nuevo modelo de gestión donde los trabajadores tengan participación y después se podrá honrar los pasivos. Lo principal que se debe hacer es desmontar el aparato burocrático".

En Sidor pareció haber menos molestia, aunque sin entusiasmo. La asamblea que se hizo allí contó con el nuevo presidente Carlos De Oliveira, quien prometió revisar las deudas laborales pero no dijo nada de la hipoteca de la producción de la empresa.

Fuente: Por: Damian Prat C./Guayana - http://www.talcualdigital.com