Albornoz: Sibarita y desagradecido

A la mayoría de los oficialistas venezolanos aparentemente nunca les importó que José Albornoz fuera amigo de los más furibundos detractores del gobierno de Chávez, entre éstos algunos periodistas.
Muchos se hicieron de la vista gorda con los negocios que Albornoz hizo en la Gobernación del estado Vargas en tiempos de Alfredo Laya, en Guárico con Eduardo Manuitt y en Anzoátegui con Alexis Rosas. Negocios en el Ministerio de Educación cuando éste era dirigido por Aristóbulo Istúriz y en la CVG cuando era presidida por Rodolfo Sanz, también pasaron desapercibidos.
Desde tiempo atrás se decía que Albornoz era famoso por colocar a su cuñado en sitios estratégicos, con lo cual habría sacado gran provecho. Se convirtió en un hombre con gustos exquisitos, que hasta tenía cocinero en la Asamblea Nacional. Hoy, recién depuesto de la Vicepresidencia en el parlamento venezolano, le queda muy mal hablar de retaliaciones políticas en su contra, después de todo lo recibido.