domingo, 1 de mayo de 2011

Walid Makled, empresario de medios

Ese hecho sepultó la candidatura de uno de sus hermanos, Abdalá, que nueve días después participaría como candidato a la Alcaldía de Valencia en las elecciones regionales de ese año. De haber ganado Abdalá, quién sabe hasta dónde habría crecido ese emporio económico.
Ese hallazgo, que el supuesto narcotraficante atribuye -en una entrevista concedida al diario El Carabobeño- a una venganza orquestada por el general de división Clíver Alcalá Cordones, comandante de la IV División en Valencia, detuvo la consolidación de un polo de poder. La compra del diario El Periódico de Valencia, que controlaba el empresario Carlos Battistini, era un paso más en esa estrategia de convertir a la familia Makled en los amos de la zona central del país.
Walid Makled tenía idea de lo que significaba un medio de comunicación. Sabía que una prensa favorable a sus intereses le abriría las puertas a otras inversiones, y le permitiría posicionarse como un hombre influyente. Antes de dar ese paso, quiso ganarse a los empleados. Poco después de concretar la compra, los reunió a todos y en una asamblea anunció sus planes: el crecimiento del medio y de la circulación; una competencia con Notitarde, otro de los emblemas de la zona; captar avisos y mejorar el sueldo de los reporteros. Cinco meses después, todo se vino al piso.

II
Cuatro años antes del allanamiento de la finca El Rosario, en noviembre de 2004, después de casi 15 años consecutivos de gestión, la familia Salas perdió el poder en Carabobo con el candidato chavista Luis Felipe Acosta Carlez. Militar retirado de la Guardia Nacional muy cercano al presidente Hugo Chávez, Acosta Carlez fue el hombre que como oficial activo durante la huelga general de diciembre de 2002 tomó los galpones de las cervecerías y refrescos y los distribuyó entre la población. Walid Makled prestó los camiones para esa operación.

Con Acosta Carlez en el poder, la fortuna y los negocios de Walid Makled se incrementaron. El patriarca de la familia, Najim Makled, llegó a Venezuela en la década de 1970 encandilado con el boom petrolero de la época para trabajar en la venta de telas al mayor y al detal. Treinta y cinco años después, habían amasado una fortuna gracias a la habilidad de Walid para cobrar los favores hechos durante los tiempos duros del Gobierno. Controlaba un octavo del puerto de Puerto Cabello, el más importante del país; recibió contratos millonarios con la estatal petroquímica Pequiven por $7.000 millones; fundó la Almacenadora Makled, la línea aérea Aeropostal y acumuló un poder que no pasó por debajo de la mesa.

Los periodistas advirtieron la rápida expansión de la fortuna e intereses de la familia. Y Walid comenzó a tejer una madeja de relaciones con los reporteros. El 27 de junio de 2008 organizó una fiesta vespertina para los profesionales de los medios de comunicación en ocasión de su día. Un reportero que asistió a la celebración cuenta que no faltó el buen whisky y la comida, pero que lo más insólito fue lo que vino después: rifaron un vehículo Chevrolet Aveo. "Los perdedores, tal vez frustrados, comenzaron en tono de broma a pedir que rifaran otro; un par de horas después, trajeron un auto idéntico para complacer las peticiones". También rifaron relojes y pasajes aéreos.

Orel Sambrano, un columnista del semanario ABC, conocía esa historia y fue más allá. En enero de 2009 escribió una columna que tituló "Caso Makled: un artefacto explosivo", en la que denunciaba que el Ministerio del Interiores y Justicia estaba investigando a los accionistas de la Almacenadora Makled y denunció una donación que Walid Makled le dio al gobernador Acosta Carlez por Bs 6.000.000 (unos 700 mil dólares al cambio no oficial actual). "La donación llegó a conocimiento del presidente Chávez, quien habría ordenado a Acosta Carlez devolver el dinero recibido y acabar con cualquier vínculo con el citado grupo, además de ordenar una investigación del tema a otros organismos de seguridad oficiales", escribió Sambrano en su última columna.

El 16 de enero de 2009, a la salida de su programa de radio, Sambrano fue asesinado de un balazo en el cráneo por un sicario. La policía señaló a Walid Makled como el autor intelectual. El presunto narcotraficante ha rechazado esa acusación. En esa entrevista concedida a El Carabobeño afirmó: "Mi enemigo no era Orel Sambrano. Los periodistas a veces hablan bien y a veces mal, eso es normal (…) La muerte de Orel Sambrano fue por culpa de Clíver Alcalá, porque por sus informaciones ponía en papel acusaciones en mi contra, en contra de la banda del terminal viejo (Los Piloneros), de policías de Carabobo. Cualquiera pudo haber sido".

Este es uno de los cargos que deberá enfrentar ahora que el presidente Juan Manuel Santos autorizó su extradición a Venezuela. Y también deberá explicar el origen de su fortuna, que desde 2005, según un informe de la Fiscalía General de la República, estaba siendo seguida por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Superintendencia de Bancos debido a un reporte de Actividades Sospechosas emanado en abril de 2005 por el Banco de Venezuela. La Fiscalía calcula que, entre 2004 y 2008, el Grupo Makled manejó Bs 417 millones.

III
"Walid era un hombre tosco, común y corriente, de escaso vocabulario y sin ninguna competencia intelectual para manejar un periódico", afirma Francisco Mayorga, quien fuera director de El Periódico desde el primer número, que salió a la calle el 18 de noviembre de 2006, hasta el cierre, tres años después, envuelto en el escándalo del narcotráfico. Jamás, afirma, le dieron alguna instrucción para orientar la línea editorial en función de los intereses de la familia, un olvido que Mayorga atribuye al desconocimiento del negocio editorial. Un planteamiento que secunda Carlos Flores, el jefe de redacción del rotativo: "Yo le dije a Walid que utilizara el periódico para cubrir los regalos de línea blanca y comida del candidato Abdalá en las barriadas populares de Valencia. Pero ellos no estaban pendientes de utilizar de esa forma ese medio".

El Periódico fue concebido como un medio que apoyaría la gestión del gobernador Acosta Carlez. En los primeros meses, la gobernación apoyó el nuevo diario con pautas publicitarias. Según refiere Flores, una disputa que Battistini sostuvo con el ex mandatario regional culminó en el retiro de los avisos y propició la llegada de Makled con el capital necesario para mantener el negocio.

"A ese diario le faltaban avisos, pero ellos no sabían nada del negocio", afirma Mayorga. Mucho menos Ramón Salazar, el hombre que dentro de la redacción velaba por los intereses de Makled. "Los periodistas podían manejarlo. No era un verdadero editor, que sí tiene claro cuáles son sus objetivos y llama para que se cubra y se despliegue generosamente una información", añade.

Flores dice que siempre se terminaban enterando de los actos de Abdalá Makled y entonces ordenaba a un reportero que cubriera el acto. "Para mí, el gran error de Walid Makled fue apuntalar la carrera política de su hermano Abdalá", reflexiona Mayorga.

A los encargados de la redacción les tomó por sorpresa el allanamiento del diario y todo el posterior escándalo que devino en la captura de Makled como un capo del narcotráfico en Cúcuta. El diario cerró sus puertas sin que nadie diera la cara. Hay pagos pendientes de prestaciones. Mayorga siente que el Gobierno ha maltratado al personal que nada tenía que ver con las supuestas actividades del dueño del medio. Sólo esperan que les paguen lo que les deben.

César Batiz colaboró en la investigación de este reportaje.

Fuente: Alfredo Meza - http://www.ultimasnoticias.com.ve

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