martes, 8 de mayo de 2018

El Confidencial: Carlos Aguilera mueve parte de su gran fortuna en Suiza

Ahora es un empresario venezolano sigiloso y discreto que a sus 57 años vive en una zona residencial para multimillonarios junto a la ciudad dominicana de La Romana. Sus amigos y representantes lo describen como una persona llena de bonhomía y generosidad hacia su gente. Subrayan que vive alejado de la política y el chavismo desde hace más de un decenio, dedicado en cuerpo y alma a sus negocios.

“Lo llaman ‘el Invisible’. Carlos Aguilera, nadie lo ve. Aristóbulo, ¿tú lo ves por ahí? Antes él se veía por todos lados y andaba echando físico por ahí, robando cámara. No; ahora no. Carlos Aguilera, el jefe de la Disip, policía política, anda por ahí, nadie lo ve”. Esas son palabras literales de Hugo Chávez en su programa ‘Aló Presidente’ del 3 de marzo de 2002, de acuerdo con El Confidencial de España.

‘El Invisible’ es Carlos Luis Aguilera Borjas, excapitán del Ejército venezolano y jefe de la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención, mandamás de los espías de Chávez por un tiempo y su guardaespaldas más fiel hasta que el líder bolivariano perdió su confianza cuando se produjo el golpe de Estado de abril de 2002. Entonces, Aguilera fue relevado para hacerse cargo de una función menor dentro de su meteórica carrera desde que acompañó a Chávez en la primera asonada fracasada de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez. Hasta 2004, ocupó el cargo de director del Fondo Especial de Jubilaciones y Pensiones para luego dedicarse exitosamente a los negocios.

El paso dilatado de Aguilera por los corredores del poder le granjeó buenas amistades institucionales que le facilitaron el acceso a contratos de intermediación en la construcción del metro de Caracas o a conseguir licencias de provisión de material sanitario para instituciones del Estado. Conocía bien las entrañas del régimen chavista.

La investigación denominada Venezuela Leaks desvela que una parte de su patrimonio ha sido gestionada a través de entidades financieras de banca privada como Compagnie Bancaire Helvétique (CBH), HSBC o la Banca Svizzera Italiana (BSI). Una memoria interna del CBH de septiembre de 2012 recalca: “Su patrimonio está estimado en más de 100 millones de dólares. Dispone de cuentas en BSI, HSBC y CBH”.

El trabajo periodístico desarrollado conjuntamente por El Confidencial y los medios venezolanos 'Armando.info', 'El Pitazo' y 'Runrun.es' se inicia tras la filtración de un conjunto de 300 archivos internos de la entidad de banca privada suiza, cuya sede se ubica en Ginebra, y de documentos acumulados por un gestor financiero especializado en captar clientes multimillonarios de América Latina para llevar sus fortunas a bancos suizos, el francés Charles-Henry de Beaumont.

“Nosotros no queremos ser ricos, ¡ser rico es malo! Es inhumano, así lo digo y condeno a los ricos”, declamó Chávez en un programa de ‘Aló Presidente’ de junio de 2009.

Venezuela Leaks muestra que el espíritu revolucionario de aquella intentona golpista de 1992 donde participó, que fustigaba las políticas del capitalismo, no marcó en exceso al excapitán del Ejército venezolano que optó por abrir negocios en Venezuela y en el extranjero —en países como España—, registrar empresas en paraísos fiscales, tener cuentas en bancos suizos para gestionar su fortuna creada al calor del chavismo y viajar en aviones privados.

Lo hizo con sagacidad y reserva, a diferencia de otros compañeros de armas que se dedicaron a la política o asumieron cargos burocráticos durante casi dos décadas de gobierno chavista. Aguilera Borjas estuvo ‘in situ’ o fue mencionado en 25 de los 242 programas dominicales que condujo el propio exmandatario entre 1999 y 2005. Siempre cauteloso, en esos espacios de radio y televisión oficialista, el exjefe de los espías de Chávez nunca dijo algo más allá de un monosílabo.

Su prudencia le hace volar habitualmente en avión privado. Una memoria interna de CBH de junio de 2013 informa de que “los fondos salientes de su cuenta son pagos personales que en su mayor parte van destinados a los gastos derivados de su avión privado”.

El 26 de marzo de 2018, mediante su abogado en España, Edilberto Galán, respondió vía correo electrónico a los periodistas a un cuestionario enviado hacía una semana. Alegó que las informaciones que obraban en poder de los medios aliados para Venezuela Leaks eran “inapropiadas, falsas e inciertas”.

Consultado el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería de Venezuela (Saime), Aguilera Borjas salió o entró en su país en 243 ocasiones entre septiembre de 2005 y julio de 2017. Hasta 161 de esos vuelos los realizó en aviones privados, aunque los datos oficiales hablan de que desde 2015 solo viaja en ‘jet’. La exclusiva y paradisíaca isla de Aruba es uno de sus destinos favoritos desde Venezuela: hasta 44 vuelos con destino al aeropuerto de Oranjestad. Voló 28 veces a Madrid, más abajo veremos el porqué. Sus negocios han conquistado el cielo.

Aguilera, en Suiza
Las memorias internas de los bancos suizos, elaboradas por empleados de los mismos o por agentes externos que captan clientes, son escritos que tienen el fin de dar legitimidad al patrimonio de los poseedores de activos y a la legalidad de su patrimonio. Principalmente corresponden a las figuras financieras de ‘diligencia debida’ y el ‘conoce a tu cliente’ (‘due diligence’ y ‘know your customer’, en inglés).

“Los bancos están obligados a realizar algún tipo de investigación sobre los dueños de la riqueza que ellos gestionan, pero se muestran muy flexibles cuando se trata de decidir si abren o cierran una cuenta”, explica Gabriel Zucman, uno de los grandes expertos en el mundo financiero internacional y de la economía ‘offshore’. Agrega el autor del aclamado libro ‘The Hidden Wealth of Nations’ (2017): “Muchas cuentas permanecen en una zona gris sobre las que recaen muchas sospechas de que sus fondos hayan podido ser adquiridos de forma ilegal, pero los bancos no tienen demasiado interés en actuar contra esto porque, en definitiva, su mayor interés es aceptar al mayor número de clientes”.

Los responsables de esos mecanismos de verificación en Suiza conocían que los llamados PEP ('politically exposed persons') —responsables que han ocupado cargos políticos en cualquier Gobierno— tienen restringidos muchos movimientos financieros internacionales en los 10 años posteriores a dejar sus funciones en todos los países. Eso no fue óbice para que Carlos Aguilera Borjas abriera una cuenta en CBH el 19 de noviembre de 2011, cuando aún no había cumplido ese decenio preceptivo de barbecho. El dejó el Gobierno de Chávez en 2004. Además, una de las memorias del CBH , fechada en mayo de 2012, expone que Aguilera era cliente desde hacía años.

Indica una de esos escritos del CBH, datado en 2013, que el dinero llegado a ese banco procedía de cerrar un cuenta en el Banco Espirito Santo y de los dividendos de las compañías de Aguilera Borjas. Concluye ese documento de verificación: “Es un cliente de calidad que no representa graves riesgos para el banco y que deberá ser desclasificado como PEP el año próximo [2014]”.

Según informan los documentos internos de CBH, después de retirarse de sus obligaciones públicas, Aguilera Borjas, “exconsejero personal del presidente, se ha reconvertido en lobista”. Añaden que hacia el verano de 2013 tenía un tercio de las acciones de Netmedical CA, una sociedad de distribución en los sectores privados y públicos de material médico, hospitalario y medicamentos en Venezuela, Cuba, México y otros países. Los archivos del banco suizo afirman que Netmedical se aprovechó del “auge fulgurante de la sanidad de Venezuela debido al programa de intercambio con Cuba de petróleo por médicos cualificados”. Ahí hacían falta labores de ‘lobby’ que Aguilera Borjas ejerció para enriquecerse.

Conexión España
Al exjefe de los espías de Chávez le encanta España. Viene habitualmente a nuestro país, donde reside uno de sus hijos. Se compró una casa en Pozuelo de Alarcón (Madrid) en 2004 junto a su exmujer en una urbanización exclusiva. Su superficie construida es de 260 metros cuadrados y tiene una parcela de 1.200 metros cuadrados, según los datos del Registro de la Propiedad.

Además, constituyó junto a su hijo la sociedad CLAB Consultora Inmobiliaria SL en noviembre de 2007. La firma se dedica al alquiler de bienes inmobiliarios. Posee un capital social de 1,8 millones de euros y tuvo un balance negativo de 38.000 euros al cierre de 2015, según el Registro Mercantil. Las cuentas de 2016 y 2017 aún no han sido presentadas. Desde que fue creada hace 11 años, la empresa dedicada a alquiler de inmuebles ha destinado 1.715.250 euros a la compra de un piso en Madrid, dos en A Coruña, dos plazas de garaje y dos cuartos para bicicletas.

Pero lo más destacable de sus relaciones con España es lo que nos señalan los documentos de CBH y del Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias de España (Sepblac).

Un documento del Sepblac de 2015 señala que “dados los indicios de blanqueo de capitales que concurren, las operaciones del cliente debieron ser objeto de examen especial y de comunicación por indicio”.

¿Cuál es la naturaleza de esas operaciones? En su informe sobre Aguilera Borjas y ex altos funcionarios venezolanos, el Sepblac muestra que “el 3 de octubre de 2008, el Gobierno venezolano adjudicó el contrato de rehabilitación de la línea 1 del metro de Caracas por 1.850 millones de dólares al consorcio español liderado por Construcciones y Auxiliar de Comunicaciones, en el que participaban Dimetronic, Cobra [Instalaciones y Servicios Internacional] y Constructora Hispánica”. Estas firmas españolas recibieron el servicio de consultoría y mediación ante las autoridades venezolanas de dos empresas de Aguilera Borjas, Servicios para Metros CA y Tecnotren CA.

Por cada una de las tres mediaciones, las sociedades de Aguilera se llevaron un 4,8% de comisión de los contratos. Reza el documento del Sepblac: “Carlos Luis Aguilera recibió en agosto de 2013 en su cuenta en Banco de Madrid un abono de 600.000 euros procedentes de Suiza, y remitió 87.973 dólares con destino a Estados Unidos en septiembre de ese mismo año”. Esto alertó a las autoridades españolas de inteligencia financiera.

En cuanto a los documentos de CBH relacionados con este asunto, con fecha de 10 de junio de 2013, indican que Aguilera Borjas es el socio mayoritario de la empresa Inversiones Dirca SA, cliente de la entidad bancaria, encargada de la construcción y mantenimiento del metro de Caracas. Identifica a Aguilera Borjas, con un 65% de las acciones, y a Ramón (Eduardo) Pérez Parra, con un 35%, como "los únicos dos accionistas" de la firma.

El informe, enviado en junio de 2013 por Leandre Sappino, gerente de Relaciones del CBH, y dirigido a Stephane Strub, ex vicepresidente senior del CBH, afirma que tanto Aguilera como Pérez Parra "representan a numerosas sociedades españolas e italianas para construir y mantener las líneas de Metro de Caracas". Describe que “las sociedades francesas que recibieron contratos de la línea 1 perdieron las plazas de las líneas 2, 3 y 4 a favor de Inversiones Dirca y las sociedades españolas e italianas que la firma representa”. Las firmas italianas finalmente no fueron de la partida.

El documento del CBH ofrece detalles sobre las actividades de Inversiones Dirca. Aclara, por ejemplo, que Aguilera y Pérez Parra intervinieron como "interlocutores representando a las sociedades italianas y españolas ante las autoridades locales en el cuadro de las negociaciones y anuncios de licitaciones (…) para la construcción y mantenimiento de las líneas”.

El documento del banco suizo dice abiertamente que Inversiones Dirca recibe en su cuenta del CBH "los pagos de las empresas italianas y españolas como parte del trabajo hecho en Venezuela". Aclara que se trata de "una cuenta de recepción de los dividendos que serán compartidos entre las cuentas de los dos accionistas", quienes “son clientes del banco bien conocidos por mí después de muchos años de relación”, señala el gestor Charles-Henry de Beaumont.

En ese sentido, el pasado mes de abril, 'El País' publicó que Aguilera Borjas estaba siendo investigado por un juzgado de Andorra por supuesto delito de blanqueo de capitales. Según ese diario, se investiga la posible procedencia ilícita de 5,3 millones de euros que movió en sus cuentas de Banca Privada d’Andorra entre 2008 y 2015. Indagan las autoridades judiciales del país pirenaico si hay procedencia ilegítima de ese dinero y si podría estar relacionado con las comisiones cobradas en su labor de intermediario en la renovación de la línea 1 del metro de Caracas.

El abogado de Aguilera Borjas, Edilberto Galán, asegura que su cliente no tiene ninguna causa judicial abierta en España y carga contra los artículos de los medios de comunicación. “Sí ha comparecido ante algún juez en España para denunciar a los responsables de esas informaciones… Que, siendo falsas, atentan de manera patente contra su prestigio personal", contestó por escrito a nuestras preguntas.

También en Barbados
El excapitán de 57 de años de edad, al que le gustaba jugar al tenis en los albores del Gobierno bolivariano, también aterrizó en un paraíso fiscal. El 26 de julio de 2010 se registró en Barbados como director de la empresa Jetcar V Inc. Según el expediente de la Oficina de Registros de la isla del Caribe, esta "compañía internacional de negocios" tiene por objeto el arrendamiento de aviones bajo el tratado de comercio internacional.

La existencia de esta sociedad de Aguilera Borjas en Barbados se conoce gracias a los documentos filtrados del despacho de servicios ‘offshore’ Appleby. La investigación mundial Paradise Papers, publicada en noviembre de 2017 y en la que participó El Confidencial, aglutinó a 380 periodistas de medios de 67 países. Fue coordinada por el diario alemán ‘Süddeutsche Zeitung’ y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).

En la ficha de registro, el domicilio registrado de Jetcar V Inc en Caracas es la oficina 81 de la Torre Adriática de Altamira, precisamente donde tenía sus actividades la primera sede de Netmedical hasta 2013. En una visita reciente, se pudo comprobar que la reja blanca del inmueble está cerrada y un empleado del edificio dice que se encuentra así desde hace dos años. Nadie entra y nadie sale de allí. En la cartelera de la entrada, el espacio correspondiente al número 81 está vacío, sin nombre.

Esa es la razón de las empresas pantalla, existir y no existir para operar en la opacidad, como demostró la investigación de los papeles del Paraíso. Es una práctica habitual entre algunos multimillonarios y las grandes multinacionales: actuar con sigilo, como le gusta al que fuera hombre de confianza del malogrado Hugo Chávez.


Fuente: Con información de MARCOS GARCÍA REY - LISSETH BOON - https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)

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