martes, 2 de enero de 2018

Escotet llevó su "holding" a España para evitar que Venezuela pudiera expropiarle

La pasada semana han saltado las alarmas en Abanca (España) por las amenazas de un alto cargo del Gobierno venezolano de expropiar Banesco, el banco que posee en ese país el presidente de la entidad gallega, Juan Carlos Escotet. Sin embargo, Escotet tiene su imperio fuera del alcance del régimen chavista puesto que hace años llevó su cabecera a España mediante un 'holding' del que cuelga Abanca. Ahora bien, a pesar de los evidentes riesgos políticos, el FROB (Fondo Público de Rescate Bancario) no le exigió ninguna salvaguarda ante un eventual cambio de control —algo habitual en estas operaciones— cuando le vendió las cajas gallegas, de acuerdo con el diario español El Confidencial.

El 28 de diciembre, Diosdado Cabello, uno de los hombres fuertes del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, planteó la posibilidad de nacionalizar Banesco en respuesta al intento de Escotet de comprar un 2,34% residual que mantiene el Estado de su capital a un precio que, al cambio del dólar en el mercado libre equivaldría a unos 3.225 dólares. Según Cabello, ese precio implicaría que el Gobierno puede comprarle a Escotet el 97,66% por menos de 3,5 millones de dólares. "Te lo vamos a comprar al precio que tú querías comprar las acciones del Estado. Lo que es igual para el pavo debe ser igual para la pava, digo yo", amenazó el dirigente.

Esta bravuconada ha hecho temer a muchos que Venezuela pudiera expropiar al dueño de Abanca y que esta entidad, una de las 14 españolas bajo supervisión directa del BCE, pudiera pasar a estar controlada por el régimen chavista. Hasta el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (cuyo papel fue decisivo para que Banesco triunfara en la subasta de la antigua Novagalicia), fue víctima de esta confusión ese día y declaró que Abanca no le había trasladado ninguna preocupación.

En efecto, no hay motivos para la misma puesto que la propiedad de la entidad española está separada de la de Banesco, precisamente para impedir una posible expropiación. Desde su posición inicial en Venezuela, Escotet se hizo en los años 90 con un importante banco en Panamá, que inicialmente colgaba de Banesco. Pero, con el ascenso al poder de Hugo Chávez en su país natal, decidió crear otra sociedad independiente con el banco panameño de forma que no consolidara con el venezolano. Unos años más tarde trasladó esa sociedad a España mediante una estructura de 'holding' que fue diseñada por el bufete Cuatrecasas. Este 'holding', llamado originalmente Banesco Holding Financiero y en la actualidad Abanca Holding Financiero, es el propietario actual de Abanca y no tiene ninguna relación con el venezolano Banesco.

La expropiación no sería una mala noticia
De hecho, fuentes conocedoras de la situación explican que una expropiación de Banesco (el primer banco de Venezuela) por el régimen no sería precisamente una mala noticia para Escotet. Esta entidad no le produce ninguna rentabilidad dada la situación económica de ese país y el hundimiento de su divisa; al contrario, solo le genera quebraderos de cabeza por las continuas exigencias y amenazas gubernamentales (esta semana, Cabello también ha anunciado que va a investigar al banco por "contrabando de billetes").

Por tanto, el Gobierno casi le haría un favor si le libra de Banesco. Porque, además, así podría presentarse como un "mártir del régimen" y quitarse de encima las sospechas de ser un colaborador del mismo (e incluso de haberse enriquecido gracias a Hugo Chávez) que siempre han planeado sobre él. Finalmente, cuando se produzca su caída, Escotet podrá presentarse con una importante factura para ser compensado por la expropiación, siempre según estas fuentes.

El FROB no puso ninguna salvaguarda en Abanca
En todo caso, es evidente el riesgo político que corre el propietario de Abanca. Por eso, es sorprendente que el FROB no incluyera ninguna cláusula de cambio de control en la venta de Novagalicia (NCG Banco) al 'holding' de Escotet, algo muy habitual en estas operaciones. Estas cláusulas consisten en que, cuando el comprador de una compañía o el socio en un negocio pasa a ser adquirido por un tercero que puede cambiar su estrategia, el vendedor o socio tiene derecho a deshacer la operación o a cobrar una indemnización.

Sin embargo, el propio FROB confirma que su entonces director general, Antonio Carrascosa, no incluyó ninguna cláusula de este tipo en el contrato de venta de las antiguas cajas gallegas. Algo que, en este caso, habría tenido mucho sentido aunque Banesco no fuera venezolano: se estaba privatizando una entidad nacionalizada, por lo que, si su nuevo dueño era expropiado, volvería a ser pública. Sin contar con la posible amenaza para la solvencia y estabilidad de una entidad sistémica que supondría su toma de control por un régimen socialista.

Fuente: Con información de EDUARDO SEGOVIA - https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)

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