viernes, 22 de diciembre de 2017

Investigación denuncia graves ilícitos en Hospital Universitario de Caracas

El Hospital Universitario de Caracas se encuentra en el estado más crítico de su historia. Desde su creación, contaba con un total de 1.200 camas para pacientes y en la actualidad solo tiene disponibles 340. La corrupción y la nefasta gerencia de los últimos directores que han pasado por el centro son las causas principales por las que hoy es imposible que cumpla su función: beneficiar a gran parte de los habitantes de la capital venezolana.
Entre las mafias de tráfico de órganos, de medicinas, grupos delincuenciales y hasta prostitución dentro de una de las arquitecturas más conocidas de este país caribeño y tan rico en petróleo, trabajan los profesionales que aun resisten. Se trata de una realidad que su actual directora, Antonieta Caporale, y el gobierno de Nicolás Maduro, intentan ocultar para que la opinión pública internacional no conozca la grave situación que afrontan sus pacientes, de acuerdo con un trabajo de investigación titulado “Pranes hospitalarios”, el mundo que no conoces de Antonieta Caporale y sus secuaces”, realizado por Jesús Medina Ezaine y que puede leerse íntegro en fueradepauta.blogspot.com.

Es de reconocer que tanto médicos como enfermeros y trabajadores del centro, no en su totalidad pero sí en su gran mayoría, hacen su mejor esfuerzo por salvar vidas a pesar de la grave situación de peligro y condiciones inhumanas en las que laboran. Para nadie es un secreto que periodistas, reporteros y hasta los mismos trabajadores, han puesto a circular por las redes sociales imágenes que evidencian la crisis sanitaria y la decadencia del centro que impiden el normal desarrollo de la actividad sanitaria.

Los robos a los pacientes y al personal son cometidos con la complicidad de algunos funcionarios de la seguridad hospitalaria. Las víctimas denuncian negligencia por parte de quienes deberían mantener el control del orden interno de este centro de salud.


Asimismo, existen pruebas de que algunos trabajadores hurtan las pocas medicinas cuando llegan, aprovechando la escasez, y las revenden hasta diez veces por encima de su valor real a los pacientes que se ven obligados a pagar el precio que piden estos vividores, dado que en las farmacias no están disponibles. Pero estos no son los únicos problemas que afectan al Hospital Universitario de Caracas.

La actual directora del Hospital Universitario de Caracas se llama Antonieta Caporale, ex ministra del Poder Popular para la Salud entre enero y mayo de 2017, removida de su cargo por Nicolás Maduro. De ella comenzamos a saber cuando fue nombrada directora de la Maternidad Concepción Palacios, cargo que ejerció entre los años 2012 y 2015, un período plagado de irregularidades.


Durante estos años, la citada maternidad manejaba un gran presupuesto, y un solo proveedor con varias empresas registradas se llevaba la mayoría de las licitaciones de compras: su hermano Tony Caporale. Otra irregularidad marcó su estancia en este centro, la muerte de una enfermera cuando, a pesar de la alarma de los trabajadores, entraron dos personas con síntomas de drogadicción y la lanzaron desde los pisos superiores sin que la directora emitiera alguna declaración ante la opinión pública.

Pero su etapa en la Maternidad Concepción Palacios dejó más casos sonados. Un conflicto laboral que acabó con la docente sindical Laura Vamonde y otras dos trabajadoras, detenidas por tres días en la sede de la policía de Caracas, en la cota 905, luego de que Antonieta Caporale las denunciara, ejerciendo un claro abuso de poder. Otra trabajadora de apellido Baamonde también fue víctima de esta arbitrariedad cuando le dictaron medida de prohibición de entrada al centro hospitalario y posteriormente se le otorgó de manera obligatoria su jubilación.


Hace unos años hubo un gran conflicto en el Hospital oncológico Padre Machado cuando la Sociedad Anticancerosa de Venezuela realizaba el “Teletón” para recaudar fondos y así atender con dignidad a los pacientes. En esa oportunidad, las autoridades de la institución detectaron corrupción en el manejo de los fondos y ¿quién era la directora del Centro? Antonieta Caporale.

El silencio mortal

La grave situación que atraviesa actualmente el Hospital Universitario de Caracas se palpa en la sala de partos y el área de neonatología. Las denuncias apuntan más allá de la falta de insumos para atender a las parturientas y la necesidad de que los familiares los compren para poder atenderlas. El problema es aun más grave.


Fuentes extraoficiales confirman la desaparición de neonatos fallecidos que las madres dejan en el hospital, por falta de recursos económicos, para que los estudiantes de medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV) realicen sus estudios. Médicos y enfermeros que prefieren no revelar su identidad afirman que existen mafias de tráfico de humanos dedicadas a la venta órganos y hasta de cadáveres completos a empresas privadas y a practicantes de algunos cultos de orígenes africanos, como la palería, el vudú y los babalaos, entre otros.

Las fuentes denuncian que el supervisor jefe de la morgue de este hospital, de apellido “Navarro”, es el responsable de sustraer los órganos y los cuerpos de los infantes fallecidos para luego hacer las negociaciones, de acuerdo con el trabajo de investigación. Aseguran que Antonieta Caporale tiene total conocimiento porque los mismos residentes se lo han informado, pero que ella prefiere hacerse la vista gorda y no ejercer ninguna sanción, convirtiéndose en cómplice de esta barbarie.


El procedimiento delincuencial

Cuando los neonatos fallecen, el médico de guardia emite un acta de defunción y su historia médica pasa al área de la oficina de guardia administrativa, donde el encargado del departamento, Benito Ribas, realiza el procedimiento de entrega del cuerpo a los familiares que lo reclaman. Sin embargo, testigos aseguran que cuando no es así, este funcionario presuntamente facilita el proceso a las mafias de tráfico de humanos.

Al parecer, según las fuentes, “Ribas” pasa la novedad  “Navarro” y este último se encarga de contactar a los compradores para luego hacer la entrega en la parte posterior del edificio del Hospital Universitario de Caracas. Para poder sacar los cadáveres, los mismos funcionarios de seguridad estarían recibiendo una pequeña comisión para que no lleven el control de los mismos.

Los testigos aseguran que, actualmente, el precio de un neonato alcanza los veinticinco millones de bolívares y que cada órgano tiene un costo distinto, según el estado de descomposición y el tiempo que lleve fallecido.

Los desvíos invisibles

Según los denunciantes, el Hospital Universitario de Caracas está siendo víctima de otra gravísima irregularidad: el desvío de medicamentos. Al parecer, uno de los centros de salud que se estaría beneficiando es el Centro Médico Loira, ubicado en el sector de El Paraíso en el área metropolitana, por órdenes de la propia Antonia Caporale. Otra parte de los medicamentos se estaría desviando a diferentes farmacias sociales que operan de manera clandestina en varios sectores del país.

Según la información recopilada en el trabajo de investigación, buena parte de los recursos que el ministerio del Poder Popular para la Salud envía para la alimentación de los pacientes ingresados en el Hospital Universitario de Caracas, estarían siendo desviados por su directora. Al parecer, Antonia Caporale podría estar inflando las facturas de compras y utilizando las cajas CLAP enviadas por el ministerio del Poder Popular para la Alimentación para ordenar la preparación de la comida que finalmente le llega a los pacientes.

Las imágenes que circulan en distintos medios de comunicación de los alimentos en descomposición que son utilizados para la preparación de las comidas que reciben los pacientes de este hospital, confirman esta versión y, además, corroboran que las mismas se elaboran sin ningún tipo de control sanitario. “Pareciera que la directiva del centro busca incrementar el estado crítico de estos pacientes que no cuentan con recursos económicos ni para sanarse ni para alimentarse” denuncian las fuentes.


La comercialización por necesidad

Por si fuera poco, el Hospital Universitario de Caracas enfrenta otra grave problemática que supera todo límite: la prostitución dentro de sus instalaciones. Testigos aseguran que alberga de manera clandestina a mujeres y adolescentes que no tienen donde dormir, bajo la autorización de la Federación Nacional de Sindicatos Regionales, Sectoriales y Conexos de Trabajadores del Sector Salud (FENASIRTRASALUD). Al parecer, su presidente, Octavio Solórzano, habría girado instrucciones a sus agremiados en este hospital para dar cobijo a estas personas, pero lo que no se sale a la luz pública, hasta hoy, es que algunos de ellos “cobran” por este servicio.

Fuentes internas aseguran que uno de ellos, de nombre Yurbaran Castro, sería uno de los responsables de la trata de personas adentro del hospital. Sobre él, hemos podido conocer que pertenece al partido de gobierno, así como Ramón Nevado, antiguo encargado  de Recursos Humanos del hospital, también presuntamente involucrado. Otro nombre que sale a relucir dentro de la trama es el de Héctor Bermúdez, conocido por ser el autor del disparo con arma de fuego al presidente del sindicato de la Alcaldía Mayor, Eladio Matta, que nunca fue sancionado.

Conclusión

Todos los venezolanos están al tanto de la situación hospitalaria que afronta el país. Aunque el Estado intente esconder la realidad, lo que está a la vista no le hace falta anteojos. Miles de fotografías, cientos de videos y muchísimas personas han denunciado la realidad durante los últimos 19 años pero, como nos informan los colaboradores, tienen temor a seguir “destapando ollas”, ya que pueden perder no sólo sus puestos de trabajo sino vidas ante las amenazas de estos “Pranes hospitalarios”. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)



Fuente: Jesús Medina Ezaine - Trabajo de Investigación - http://fueradepauta.blogspot.com - (PULSE AQUÍ)

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