martes, 22 de agosto de 2017

La política y la industria: Determinantes de una crisis

La situación actual en el mercado cambiario es conocida, pero en esta oportunidad charlaremos acerca de su impacto en el sector industrial, ya se sabe que este tiene grandes complicaciones para lograr su activación, en estas primeras líneas se tratará de analizar las razones por las cuales no se logra emprender eficientemente en este tan importante sector del país, sobre todo en lo que se refiere a las pequeñas y medianas industrias.

La clasificación del comportamiento de las pequeñas y medianas industria se encuentran dentro del sistema de cuentas nacionales en el sector manufacturero, lamentablemente debido a que las cifras estadísticas son muy escasas no podremos análisis en mejor medida la situación actual, de acuerdo con un artículo de Wilmer Jose Torrealba Segurosybanca.com.

En sentido lato, el comportamiento de la producción de bienes del sector manufacturero ha sido decreciente, pero se debe reconocer que esto no es de reciente data, sino más bien de mediados de la década de los años 80, esto debido al comportamiento distorsionado de una de las variables macroeconómicas de mayor importancia para un proceso de industrialización, es decir, el tipo de cambio, el cual en el comienzo de la desestabilización de esta variable se debió al enorme flujo de divisas que en Venezuela empezó a entrar debido a tres circunstancias históricas:
  • El boom de los precios del petróleo debido a los conflictos en el Medio Oriente.
  • La nacionalización de nuestra industria petrolera y
  • El enorme flujo de divisas que existió a nivel internacional, es decir en el mercado mundial existió un aumento de la demanda de energía cuando el presidente Richard Nixon rompió con el acuerdo de Bretton Woods y los países europeos quedaron con grandes cantidades de dólares, cuyo valor se depreciaba, dado que la economía norteamericana estaba en su primera crisis después de la segunda guerra mundial.
Todo esto provocó una desestabilización en el mercado cambiario durante el final de los años 70, donde estalla finalmente en el año 83 con el llamado “viernes negro” viéndose reflejado en el PIB manufacturero en los años 80, desde entonces la falta de emprendimiento en principio se debe a que la inversión de capital se estanca o en su defecto decrece, es decir hay poco emprendimiento y los productores existentes también tienen pocos incentivos para la materialización de la producción a través del diseño y la innovación, esto debido a que el mercado financiero venezolano se desvirtuó de su objetivo de intermediador financiero con fines productivos y además los que pueden emprender prefieren invertir en actividades especulativas impulsadas desde su raíz por las distorsiones en el mercado cambiario, expresándose todo esto en una continua fuga de capitales, anomalía que aún persiste en la actualidad.

Es de destacar que la mala distribución de los flujos de la liquidez y la distorsión cambiaria termina transformándose en problemas que no incentiva a que la pequeña y mediana industria pueda desarrollarse, aspectos como; aumentos de las tasas nominales de interés; aumento de los precios relativos de la economía; descenso del salario real; desplazamientos de la fuerza de trabajo hacia actividades no productivas, haciendo que no exista una población dispuesta a trabajar y aprender de los procesos de producción en aquellas actividades que pueden crear mayor valor agregado a la economía.

Los planteamientos anteriores, se pueden demostrar al mencionar el comportamiento de la población rural y urbana a partir de la década de los 40, donde se inició un desplazamiento de población rural a la ciudad que se intensifica aún más en las décadas de los 60 y 70. Este desplazamiento ha causado que muchas actividades no se desarrollen de manera eficiente durante 70 años. La población se desplazó para buscar mejores oportunidades, pero no relacionadas a un proceso de industrialización. Si se observa el siguiente cuadro se tiene a la “Población Económicamente Activa” (PEA) en términos de su distribución en las actividades económicas.


En Venezuela por décadas, debido a errores en los diferentes ámbitos de la políticas macroeconómicas, es decir cambiarias, monetarias, fiscales, laborales, geo-políticas y por supuesto la falta de incentivos para impulsar a la industria (haciendo especial mención a la pequeña y mediana industria), se ha tendido a incrementar las condiciones para que los actores económicos se desplacen a actividades financieras, de servicios no productivos e inclusive ilegales, planteemos un ejemplo para que se entienda; analicemos los controles de precios que han existido por varias décadas, como por ejemplo los de la gasolina y los de los bienes de primeras necesidad.

En el caso de la gasolina crean un diferencial de precios nacionales e internacionales donde algunos quieren aprovecharlo para realizar ganancias, las cuales se multiplican bajo un esquema de control de cambios de múltiples valores.

En el caso de los productos de primera necesidad, estos por un lado causan un aumento de la demanda y por otro lado provocan pocos incentivos para que la producción crezca, ambas circunstancias han provocado una escasez relativa de dichos productos y una disposición para cada individuo en aceptar el precio que se les presente, debido a la misma escasez relativa, algunos actores con mayor poder político y económico se aprovechan de estas fallas, siendo así se crean barreras de entradas a otros actores, existiendo incentivos a que los que tienen menos poder económico y político no participen en sectores como la industria y la agricultura, implicando estructuras monopólicas y de nuevo un desplazamiento de los actores menos privilegiados a actividades en las que planificarán su economía en términos de arbitraje, en otras palabras, comprar barato y luego vender caro (no hay incentivos al emprendimiento y producción), en estos términos la mayoría de la población (entiéndase a ella como empresarios y no empresarios) se destinan a buscar la forma más eficiente de captar la renta de la economía.

Por otra parte, durante la mayoría del siglo pasado y el presente se ha hablado en muchas ocasiones de lograr procesos de industrialización, hemos discutido desde la postura estructuralista (industrialización por sustitución de importaciones) hasta la forma más adecuada de industrializar, deteniéndonos si esta debe ser por especialización de productos en donde se tengan más ventajas comparativas (desarrollando encadenamiento productivo en actividades que faciliten insumos y bienes de capital) o si debemos industrializar por conglomerados (realizar la industrialización de manera masiva, pensando en industria multi-plantas y multi-productos), pero al final del día caemos en el error de crear pequeñas o medianas empresas solo con la idea de satisfacer la demanda nacional y no para exportar, si solo se hace lo primero, esto implicaría que Venezuela está construyendo en un proceso de industrialización de naturaleza importadora, aspecto que provocaría que no generemos nuestras propias divisas y sigamos siendo altamente dependientes del petróleo y a su precio, el cual es una variable aleatoria, es decir, dependiente de elementos no determinísticos, como por ejemplo eventos sociales y políticos inesperados a nivel internacional. Si se obvia lo anterior nunca se lograra eliminar distorsiones del mercado cambiario como Dolartoday o cualquier forma de mercado paralelo que exista, sin una oferta de divisas creciente nunca se podrá eliminar las mal formaciones de nuestro tipo de cambio.

De tal manera que, hasta lo que ahora se ha discutido se hace evidente que no se está siendo radical en las políticas económicas, desde un lado piensan que el problema es la ausencia de divisas solamente y por otro lado se cree que el problema es por el juego de actores por el poder político y económico, es decir, no se está dirigiendo el esfuerzo analítico hacia la raíz de los problemas, el cual, no es otro que la estructura económica que en Venezuela se ha venido formando desde hace más de 70 años (forma de distribución del trabajo, la inversión del capital y por ende la forma de la distribución de las actividades económicas en el PIB y la falta de un aparato productivo exportador), en este sentido, es que ahora más que nunca es necesario industrializar la economía venezolana. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)

Fuente: Con información de Wilmer Jose Torrealba - @wjts71 - http://segurosybanca.com

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