lunes, 14 de agosto de 2017

El nieto de Medina Angarita que se le coló en la ONU

Una comunicación de cuatro párrafos y una línea puso a Isaac Arturo Medina Mejías en el ojo del huracán el 20 de julio de 2017. Una fotografía de su carta de renuncia corrió como pólvora en las redes sociales ese día. El abogado ocupó, desde 2015 y hasta el 14 de julio de 2017, el cargo de Ministro Consejero de la Misión Permanente de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Medina Mejías fue explícito al escribir los motivos que lo llevaron a renunciar: la “inconstitucionalidad” de las actuaciones del Gobierno de Nicolás Maduro, las frecuentes violaciones a los Derechos Humanos de los venezolanos, la vulneración de los derechos a la libre expresión, a la protesta y a la vida; además, manifestó su desacuerdo con la ausencia de independencia en los poderes públicos y la inexistencia de alternabilidad democrática.

Visto de ese modo, podría parecer una carta escrita por cualquiera de los venezolanos que protesta hoy en día en las calles de Venezuela contra el gobierno de Maduro. Pero Medina Mejías no era cualquiera. ¿Por qué un diplomático de alto rango abandonaría a Maduro? ¿Por qué lo haría ahora y no antes? En algunas entrevistas ha dicho que la fuerza del grupo de manifestantes denominado “la resistencia” fue lo que lo impulsó; en otras dijo que la indignación por los asesinados en el marco de las protestas había sido el empujón final. Pero la decisión de alejarse de Maduro y su gente venía gestándose desde antes.

El abogado, en entrevista con El Pitazoreveló cuál fue el momento definitivo de su ruptura con el Gobierno de Maduro. “Una vez escuché a Rafael Ramírez (representante permanente de Venezuela ante la ONU) decir, frente a los medios de comunicación internacionales, que en Venezuela no había una crisis humanitaria cuando hemos visto que no hay medicinas, que están muriendo los niños de desnutrición, que están poniendo a los recién nacidos a dormir en cajas de zapatos, que la gente está perdiendo miembros porque necesitan hacerse tratamientos”, relató.

Medina habría estado en contacto con miembros de la Misión Permanente Soberana, Hospitalaria y Militar de Malta, quienes habían ofrecido donar, importar y distribuir alimentos en Venezuela. Al elevar la propuesta a sus superiores, la respuesta fue la misma: en Venezuela no hay crisis humanitaria. “Cuando dijo eso (frente a los medios, en mayo de 2017) perdí completamente el sentido de seguir trabajando ahí y de siquiera asistir más a la Misión. No pude asistir más, yo me retiré de la Misión”, explicó.

En ese momento empezó a planear la salida; solicitó un permiso para ausentarse mientras era expedido su pasaporte venezolano. Medina dijo al Diario Las Américas que el 20 de junio acompañó al exgeneral Antonio Rivero a solicitar un embargo de armas al gobierno venezolano ante el Consejo de Seguridad de la ONU. También dijo al diario estadounidense que había sostenido una reunión con Fatou Bensouda, fiscal de la Corte Penal Internacional, para hablar sobre el tema Venezuela.

Tres semanas después del encuentro con Rivero, la carta de renuncia a su primer cargo como diplomático fue sellada como recibida. Rafael Ramírez, su superior, no tardó en calificarlo de “deshonesto” y “condenar su conducta”. Sin embargo, la relación con la familia del expresidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), como el descontento, era de larga data. Beatrice Sansó de Ramírez e Hildegard Rondón de Sansó, esposa y suegra de Ramírez respectivamente, fueron amigas cercanas a Isaías Medina Serfaty, padre del hoy exfuncionario.

A Medina Mejías le quedó otra amistad como herencia: la de Diego Arria, exgobernador de Caracas, expresidente del Consejo de Seguridad de la ONU y acérrimo opositor del chavismo. “A Isaías lo conozco desde que debe tener como 14 años, algo así, y siempre me llamó tío”, explicó en entrevista telefónica con El Pitazo.

En una entrevista concedida por Medina Mejías a la cadena CNN calificó a Arria como su “mentor”; en la conversación con El Pitazo añadió que no sólo era su mentor, sino que lo quiere “como a un tío”. “Es una persona a quien he admirado muchísimo y siempre he tenido la fortuna de poder contar con sus consejos”, destacó.

“Creo que, de alguna manera, me le escurrí entre los dedos al chavismo. Tomando en cuenta mi formación, que siempre ha sido democrática”, dijo, cuando se le preguntó cómo logró pasar inadvertido ante un Gobierno que practica como norma los despidos por razones políticas. “Yo creo que si me hubiese mencionado mucho lo hubiesen ‘botado’ antes”, completó Arria entre risas.

“Yo creo que si Ramírez hubiese tenido la menor idea de que él me llamaba tío, de que yo era amigo de su padre, creo que no hubiese durado un día. Ellos han ido buscando solo a aquellos que se acomoden al sistema, a la línea”, detalló. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)

Fuente: Con información de https://elpitazo.com

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