martes, 24 de mayo de 2016

Pareja de venezolanos conquista la más antigua y prestigiosa cocina del mundo (+Carta)

Hace más de 9 meses partió desde Anaco, estado Anzoátegui, al oriente de Venezuela, el joven Marco Antonio Quiñones, junto a su esposa e hijas. Vendieron todo cuanto tenían, sacaron sus ahorros, se endeudaron y se marcharon con la maleta repleta de sueños y esperanzas.
Se marcharon a Madrid, España, para estudiar en la más prestigiosa academia de cocina del mundo: Le Cordon Bleu. Marco decidió especializarse en comida española, pero su esposa se decidió por la pastelería. Esta última es también administradora pero la repostería ha sido siempre su pasión. Su principal motivación fue la vocación, las ganas de aprender y crecer y la necesidad de compartir y disfrutar los conocimientos en su natal Venezuela.



Ayer me llegó una carta de Marco Antonio Quiñones. Él, su esposa y sus dos hijas vendieron lo que tenían y se fueron a Europa a estudiar alta cocina en Le Cordon Blue, la escuela más prestigiosa del mundo. 9 meses después se dan cuenta que ganan bien, las hijas salen al parque sin angustia y la seguridad les permite llevar una vida calma. Pero: "Venezuela nos necesita, alla están nuestros ancestros, los chamos que quieren aprender lo que no se enseña, alla están nuestros olores, sabores y tierra, pero sobretodo alla está nuestra gente". "Hemos decidido no desviar el plan, y una vez terminado nuestro grado, volvemos a echarle ganas a Venezuela, a bregar porque amanezca, porque brille el sol nuevamente, por ese país y esa gente tan hermosa que Dios nos regaló cuando nos envió a nacer en su suelo. Decía Goethe: de corazones nobles es amar la tierra donde se nace" Aqui los espero para apurruñarlos y llevarlos de paseo, porque ayer fueron esa luminosidad que requería en la noche. Por venezolanos asi estoy #sembradaenvenezuela y llena de #contenturairreversible
Una foto publicada por Valentina Quintero (@valendeviaje) el



Llegaron a Madrid con su visa de estudiante, gestionada en Caracas. Lograron alquilar un pequeño apartamento en una buena zona de Madrid y compraron un pequeño vehículo, suficiente para desplazarse por la ciudad, acudir a las clases y llevar a las niñas a su guardería y preescolar.

Los horarios rotativos de ambos les pedían cuidarlas en el día, más aún cuando la mayor está en edad escolar. Marco, como buen venezolano demostró su talento e incansable capacidad de trabajo. Le tocó competir con los españoles en su propia gastronomía y logró superarlos incluso, destacando como uno de los mejores en su clase.


Nunca había cortado una cebolla, ni freído un huevo, pero las ansias de superación le permitieron vencer todas las barreras. Le tocó competir con chefs que ya se habían especializado en comida francesa e internacional en la misma academia, cocineros que llevaban años trabajando en los mejores restaurantes y miembros de familias prominentes sin problemas financieros.

Mientras tanto, Marco dependía estrictamente de su presupuesto, de los euros comprados en el mercado negro y del apoyo de familiares y amigos. Resultó ser una revelación en el campo gastronómico. Por ahora le tocará regresar a Caracas para gestionar otro tipo de visa y reunir el dinero para regresar y seguirse formando. Fabianny, su esposa, no fue la excepción. Ya se tituló en repostería en la mejor academia de cocina del mundo. Marco llegó a un nuevo sistema de vida, al cual debía adaptarse.

Los primeros días extravió el estuche de cuchillos y los uniformes, que tuvo que comprar de nuevo, pero eso no representó un obstáculo para su desempeño. No es cosa fácil destacar en la más antigua y prestigiosa escuela de cocina del mundo entero y estos dos venezolanos lo acaban de hacer. Fabianny es una maestra de la pastelería francesa. Una dama en toda la extensión de la palabra. Una reina digna de un rey. Ambos quieren vivir una vida digna, donde con esfuerzo, talento y trabajo honesto se pueda avanzar y crecer.

Han convertido a la gastronomía en su forma de vida. Están convencidos que pueden regresar a Venezuela para seguir luchando y aportar en medio de una gran crisis. Extrañan las fragancias, sabores y sentimientos de su tierra natal.

“Volvemos a echarle ganas a Venezuela, a bregar porque amanezca, porque brille el sol nuevamente, por ese país y esa gente tan hermosa que dios nos regaló cuando nos envió a nacer en su suelo, decía Goethe, de corazones nobles es amar la tierra donde se nace”, escribieron en una misiva.

Gracias por prestarme tus ojos para estas líneas, y espero que dos chef Cordon Bleu para mi país, te puedan dar un fresquito más, de esos que te entran cuando en Venezuela pasa algo bueno " .


Fuente: http://elvenezolanonews.com // http://factormm.com // Agencias

1 comentario:

  1. Excelente, mucho exito!!!!! Con personas asi es que se saca un pais hacia adelante. Viva Venezuela

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