domingo, 27 de septiembre de 2015

Vinculan con celebridades a magnate acusado de tráfico de drogas desde Venezuela

Una vez más las amistades peligrosas vuelven a poner en entredicho a un Windsor, como le pasara al Príncipe Andrés con el magnate pederasta Jeffrey Epstein. Esta vez el problema es para un habitual de los líos, Enrique de Inglaterra, de 31 años.
Según una exclusiva de "The Times", el príncipe comparte amistad de yates y fiestas con Fidelio Cavalli, de 45 años, un figurón social libanés afincado en California, al que la justicia estadounidense acusa de fletar en 2012 un avión para llevar 1,5 toneladas de cocaína de Venezuela al Líbano, previsiblemente con destino a los paramilitares chiíes de Hezbolá.
La droga fue introducida a bordo por una banda armada venezolana, con orden de hacer escala en un aeropuerto abandonado de Benín, en el golfo de Guinea. Pero la tripulación desoyó el mandato y se desvió a Canarias, donde la policía interceptó el alijo, valorado en 95 millones de euros. La droga viaja en 47 sacos de supuesta ayuda humanitaria. Los tripulantes del jet, un Bombarder Global Express, están amenazados de muerte por los narcos y se les han facilitado nuevas identidades.

Harry conoció a Fidelio por intermediación del magnate dubaití Mohamed al-Habtoor, de 46 años, con quien el Príncipe inglés comparte la afición al polo. Al-Habtoor es el consejero delegado y vicepresidente del Habtoor Group, uno de los mayores conglomerados empresariales de Emiratos Árabes Unidos. La compañía dubaití patrocina cada año un torneo de polo en Windsor, cuya copa entrega la propia Reina Isabel II.

Fidelio Cavalli, nacido en Beirut, es un arribista que presume en Instagram de codearse con celebridades, con fotos con Paris Hilton, el tenista Djokovic, Michael Schumacher o el propio príncipe Enrique. Ha fundado una compañía de viajes de lujo que llama VIP Vacations. En su perfil se presenta como «un degustador de la vida, que pasa la mayor parte de su tiempo rodeado de un círculo de élite con el que viaja por el mundo a los destinos más exclusivos».

Fiestas privadas en el Golfo

El príncipe Enrique y Fidelio han compartido fiestas en un yate privado en el Golfo, un campeonato de polo en Dubai y el año pasado acudieron juntos a la prueba de Fórmula 1 en Abu Dabi. Pero la vida del libanés no siempre fue tan distinguida. En Estados Unidos trabajaba de camarero y hace cinco años se quedó sin empleo, al cerrar el restaurante del amigo libanés Khalil Milan, que lo había contratado. Sin ingresos, fue acogido por Milan en su vivienda. Milan conocía a Mohamed al-Habtoor y cuando visitó el Sur de California le propuso que Fidelio Cavalli le hiciese de guía. Congeniaron y el magnate dubaití introdujo al libanés en su círculo, lo que le abrió las puertas del gran mundo, Enrique incluido.

Fidelio niega toda implicación en actividades criminales o en la contratación del avión que llevó la droga. La noticia es un revés para el príncipe Enrique, pues justamente esta semana estaba, una vez más, ganándose con su lado extravertido al público inglés por el calor con que apoya a su selección en el Campeonato del Mundo de Rugby que se está disputando en Gran Bretaña.

Fuente: http://laiguana.tv

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