viernes, 22 de julio de 2011

El incumplimiento de normas llevó al abismo al Banco Real

Por: Rafael Medina - El banquero Julio Herrera resultó ser toda una caja de Pandora. De los informes que se conocen públicamente se desprende que en el intervenido Banco Real se instauró una gran “ingeniería” financiera que afectó a muchos clientes.
De allí se deduce también que muchos de los créditos otorgados no cumplían con las normas establecidas. La cartera de créditos era de muy mala calidad y orientada a beneficiar a un solo sector. Abusaron de los negocios con títulos valores y dependían de las colocaciones que hacían entes gubernamentales. La mayoría de los créditos aprobados y otorgados por el banquero Herrera no cumplían diversas normas y presuntamente tenían como destino final cuentas bancarias particulares.
Se detectaron fallas en la compra del inmueble constituido por una parcela de terreno y las bienhechurías en estas construidas, a Inversiones Visión Aire C.A., así como la sesión y posterior venta al Grupo Tamanaco. La compra de un terreno en la Avenida Venezuela de El Rosal condujo a fundamentadas sospechas. 93 créditos otorgados bajo la administración de Herrera presentan graves irregularidades.
Algo de lo que se discute en ambientes financieros es que estaría pasando por debajo de la mesa el poder que supuestamente poseen Julio Herrera y Pedro Torres Picón sobre Mi Banco, a través de Bernardo Velutini.

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