Un poderoso grupo, supuestamente ratificaciones dentro de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), Controlaría el mercado negro de la extracción en grandes cantidades de diamantes y oro, que posteriormente sería enviado como contrabando, evadiendo los controles del Banco Central de Venezuela, hacia las islas del Caribe, para su tallados y fundición.Además de la supuesta evasión fiscal en Venezuela, habría presunciones de que dicha actividad sería empleada para la legitimación de capitales de ilícita procedencia.
Funcionarios de la CVG, militares activos y retirados, así como empresarios y otros presuntamente participarían una lucrativa operación que desangraría las arcas del Estado venezolano y depredaría sus recursos naturales.
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